miércoles, 3 de junio de 2009

REVISTA LOBBY

ESTA SEMANA
AÑO XXI, 4 al 10 de junio, 2009

LA NOTA DE LA SEMANA: Todo pasando
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: Adra: nueva carta en el Ritz Carlton
LOS APUNTES GASTRONÓMICOS DE LOBBY: Cienfuegos: ¡Rico gaiiaa!
LAS CRÓNICAS DE LOBBY: Café Turri: Valparaíso no sólo tiene cerros y gatos
DE BEBISTRAJOS Y REFACCIONES: Le Fournil Bistrot
BUENOS PALADARES: Las críticas gastronómicas de la semana

LA NOTA DE LA SEMANA


TODO PASANDO

Si, todo pasando. Y utilizando este dicho juvenil les contaremos la gran cantidad de sucesos gastronómicos que están ocurriendo por estos días. De todo y para todos. Y en una versión resumida para una lectura más provechosa.

I


NÁ COMO UNA BUENA PICÁ es el nombre de una serie de cenas que se realizaran durante los meses de junio y julio, donde cuatro chefs jóvenes apadrinarán una “picada” nacional y prepararan un plato del lugar para deleitar a los comensales de sus restaurantes. Pamela Fidalgo, del Santiago Grill; Tomás Olivera del Adra del Hotel Ritz Carlton; Matías Palomo de Sukalde y Rodolfo Guzmán de Boragó, dieron rienda suelta a sus recuerdos, placeres y talentos culinarios, y escogieron una “picá” con la especialidad gastronómica que más les gusta, y reinventaron un plato único. Hay que estar atentos a las fechas de las cenas especiales de estos chefs.

II


ACHIGA, la asociación de empresarios gastronómicos realizó hace unos días un encuentro con chefs y personalidades del mundo culinario para presentar su alianza con la Asociación Brasilera de la Industria del Café con la finalidad de promover la calidad del Café Gourmet de Brasil en el mercado chileno, buscando nuevas asociaciones y negocios para ampliar las oportunidades comerciales entre empresas de ambas naciones. El café gourmet, aparte de ser el nuevo sponsor de Achiga, estará presente en las actividades del próximo congreso de la WACS, evento que se realizará en el país en enero del 2010.

III


INÉS BERTON regreso por unos días a Santiago para ofrecer una charla en el Inacap de Apoquindo. Inés es una de las 11 “narices” del mundo reconocidas por el Consejo del Té (Inglaterra), lo cual le permite discriminar por aromas las mejores cosechas del planeta. En la actualidad desarrolla los blends de la marca Premium de té en saquitos - Inti Zen – y más recientemente Chamana, línea de infusiones de alta gama, ambas comercializadas en 20 países, entre ellos los Emiratos Árabes, Inglaterra, Francia, España y Holanda. Su té se vende en hoteles como el Waldorf Astoria de New York o el Alvear de Buenos Aires, en donde se encuentra su tienda de té: Tealosophy y en el Ritz Carlton capitalino

IV


W. Solo una letra para la apertura más esperada por la sociedad santiaguina. El nuevo hotel W abre sus puertas esta semana con una serie de eventos organizados para conocer esta nueva propuesta hotelera que cambiará definitivamente el concepto del lujo. Ya les contaremos más detalles de esta apertura y las nuevas alternativas gastronómicas que abrirán en un par de semanas.

V


NUEVO PATIO BELLAVISTA. La semana pasada entro en operaciones la segunda etapa del Patio Bellavista sumando así 7.900 metros cuadrados de oferta gastronómica y cultural con un total de 80 locales dirigidos a todo tipo de público e ideal para disfrutar con la familia y los amigos. Cinco nuevos restaurantes llegan al lugar: Brannigan’s; De Tomo y Lomo; La Bota; Le Founil Bistrot y El Cachafaz, los que sumados a los antiguos locales, la oferta gastronómica se amplia casi en un 100 por ciento.

VI


EXPERIENCIA PERUANA EN EL MARRIOTT. Por lo general los menús experiencia del hotel Santiago Marriott son cenas de 4 tiempos; pero en esta oportunidad Luis Cruzat, chef del Latín Grill, presentará un menú de tres tiempos pero colmados con los mejores sabores y sensaciones que tiene la reconocida cocina peruana. Cada tiempo de la Sinfonía presentará de 3 a 4 preparaciones típicas; así por ejemplo, en una entrada tendrá la posibilidad de probar 4 delikatessen. La misma idea aplica al plato de fondo y los postres. Siempre, por supuesto, con vinos que acompañan en perfecta sinfonía a cada tiempo; en esta oportunidad a los reconocidos Quintay Reserva y Carmen Grande Vidure. La oferta estera vigente hasta el 4 de julio.

VII


LE FLAUBERT RECUERDA A ERASMO OCAMPO. El ex chef de cocina de Le Flaubert, Erasmo Ocampo, formador de todo el personal de la cocina de este restaurante francés y recientemente fallecido en Iquique, será homenajeado en este local durante las cenas que comienzan el 4 de junio y finalizan el día 14. El menú contempla de aperitivo champaña o pisco sour acompañado de tostaditas de Rilletes; Vol-au-vent de camarones y champiñones en suave salsa tai como entrada; Conejo con ciruelas y su zanahoria amielada de fondo y de postre un clásico francés a base de puré de castañas y crema. El valor de la cena es de $13.700 y el teléfono de reservas es el 231 9424

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR



ADRA
NUEVA CARTA EN EL RITZ CARLTON

Para la lluvia un buen paraguas, dicen por ahí. Y para un año de crisis, Tomás Olivera, el chef ejecutivo del Adra, ha escogido una carta entretenida y con los pies en la tierra, con el fin de cautivar, como siempre, a sus fieles seguidores.

La escenografía es insuperable. Como debe ser en uno de los hoteles más fastuosos del país. El comedor, decorado con azules y dorados recuerda escenarios de la época de los zares, cuando con cucharas de plata rellenaban sus blinis con caviar de esturión antes de dejarse llevar con los ya universales zakusky (no confundir con Zarkozi)

Pero Olivera sintió que las delicias importadas y de gran valor debían postergarse por un tiempo. Y para ello creó, sin duda con gran trabajo y talento, una carta donde el producto nacional es la estrella. Un producto de calidad eso sí, el que sumado a la técnica de Olivera, potencia los sabores a un nivel sorprendente.

Un sencillo carpaccio de atún con una limoneta se sésamo abrió la degustación que asistí. Simple y gustoso, tanto como un especial arrollado de malaya de ternera (de la verdadera y escasa ternera) de sabor extraordinario. Más allá, unos ostiones canadienses, de un calibre que sorprende, sellados apenas, coronado con zestes de limón azucarado y espuma de camarones y un coulis de perejil. Los ostiones, que ya lo había conocido en una incursión anterior, no dejan de sorprender, tanto en su tamaño como en su peculiar sabor y consistencia. Más que recomendables.

¿Pantrucas en el Ritz? Si. Y aunque les faltó un poco de picardía, es toda una osadía del chef. Servidas con elegancia y distinción, se transforma en una sopa distinta. Tienen un cierto aire italiano. Más una zuppa que pantrucas; más un brodo que nuestro típico plato de fin de mes.

Una reineta con puré de papa de apio que no me inquietó en lo más mínimo; un trozo de congrio con coulis de champiñones de gran sabor antecedieron a un atrevimiento genial. “Prietas con papas salteadas” se lee en la carta. Y las prietas no son tal ya que la tripa tiene un contenido diferente: locos, almejas y calamares. Toda una experiencia digna de conocer.

Cuentan que Olivera es un hechicero con los pescados y mariscos y pocos se dignan a alabar sus carnes. Sin embargo esta última propuesta dice lo contrario. Un asado de tira de ternera acompañado con puré de papas topinambur se transformará sin duda en otro de sus Best Sellers. Y como este comedor es visitado por muchos extranjeros, sus chuletas de cordero son un muy buen aliciente para ellos. Correctas y sabrosas, una preparación clásica del Adra.

Maracuyá y chocolate en los postres. Nada nuevo. Ricos pero con falta de personalidad. Sólo para finalizar la comida y con poco de novedad.

¿Vinos? De todo y para todos. Una de las cartas más grandes de Santiago y con un servicio excepcional. Etiquetas nuevas, como Amaral, otras clásicas y otras que son toda una experiencia como un carménère Gran Reserva de Casa Silva y el siempre maravilloso Chardonnay Amelia. Una variedad de etiquetas como para marearse.

Olivera siempre sorprende. Decidió sacar de su nueva carta sabores que se venden por si solos, como las trufas o el foie gras. Aterrizó sus platos al origen, al producto. Y gusta.

El comedor del Ritz no es para todos los días. Es para ocasiones especiales. Y si quiere sentirse como un príncipe ruso en la era Imperial, no dude más y entenderá la razón de este comentario. (Juantonio Eymin)

Adra: Hotel Ritz Carlton, El Alcalde 15, Las Condes, fono 470 8500

LOS APUNTES GASTRONÓMICOS DE LOBBY


CIENFUEGOS
¡Rico gaiiaa!

Lo escuchamos la otra noche cuando salíamos de cenar en el Cienfuegos. No nos quedamos para saber el fin del piropo. Si era por Benjamín, el propietario del local o por su comida. Sin embargo me pareció acertado el comentario más que nada por lo que narro a continuación

Varios cambios realizaron sus dueños para esta nueva versión del restaurante. Espacio tenían y estaba desaprovechado. Reingeniería le llaman algunos y el traslado
del comedor a la parte delantera de la casona sirvió bastante. Ahora, su ex salón comedor es un lounge bar tranquilo, con música ad hoc para un público un poco más maduro y la comida la ofrecen en dos pequeños salones, con una capacidad cercana a los 40 comensales. El resultado fue casi de inmediato. Comedor repleto y lounge con bastantes parejas. Un buen cambio, diría yo. Y bastante más razonable que el proyecto inicial.

También estudiaron los precios y decidieron ser lo más sencillos posible. Todas las entradas cuestan $ 5.000; los fondos $ 8.000 y los postres $4.000. Si se opta por en menú degustación de tres tiempos, baja a $ 12.000. Claro, conciso y práctico.

Me agasajaron con un amuse bouche de gran factura: un shot con crema tibia de alcachofas con machas. Más que amuse debería ser un plato hecho y derecho. Una delicadeza gastronómica y un gran comienzo para una carta nueva llena de agrados.

Partí con novedades. Pana de pollo, el foie del pobre, magistralmente achicharrado como parte de un timbal con palta, pebre, mix de verdes, brotes de alfalfa y pan de nuez. Un acierto por la sencillez del plato, calidad del producto y el ingenio del chef. Los vinos, fueron acertadamente escogidos por Julio Sepúlveda, el maître del lugar y recientemente elegido como el ejemplo al servicio, premio entregado en abril por el Círculo de Cronistas Gastronómicos. Con él a la cabeza de la atención en el nuevo Cienfuegos, no hay duda que mejorará el servicio en este local. (Algo que muchos necesitan, con urgencia).

Chilean jack Mackerel podrían llamar a la materia prima del segundo plato ofrecido. Sin embargo, serios y todo lo llamaron simplemente jurel. Escabechado y con palmitos acompañado de un aire de almendras y brotes gusta y dan ganas de conocer la receta para copiarla en casa. El popular jurel en toda su expresión. No cabe duda que algún día se convertirá en un manjar solo para pocos. (¿O no encuentra ricas las ahora desaparecidas sardinas en nuestras mesas?... Con el jurel pasará lo mismo. Es la vida…)

¡Rico gaiiaa! podría haberle comentado a mi vecina de mesa tras conocer el tercer plato de la noche. Un guiso de conejo con zapallo camote y vino que me encantó. Tanto como un fino arrollado con puré de papas brujas (de esas azules, chilotas), merquen y champiñones. Dos fondos diferentes y sabrosos. Invernales, de esos que dan ganas comer en esta época.

El postre, de cuento. Dan ganas de ponerlo en el inicio de la crónica. Preparado por la repostera Estefanía Ferrada, bella, ágil y grácil, unió unas papayas al pisco y la unió con chocolate blanco, biscocho de almendras, sorbete de jengibre y salsa de cítricos. Un poema. El mejor final de cena que he tenido en largo tiempo. Irrepetible.

Así es Cienfuegos 2009. Ad portas de abrir un nuevo espacio gastronómico en el barrio Lastarria, Benjamin Cienfuegos sonríe con su característica timidez. Otro ejemplo de la bien llamada patrulla juvenil y un buen arquetipo para las generaciones venideras de chefs.

Una muy buena experiencia que es necesaria conocer. (Juantonio Eymin)

Cienfuegos: Constitución 67, Barrio Bellavista, fono 248 9080

LAS CRONICAS DE LOBBY




CAFÉ TURRI
Valparaíso no sólo tiene cerros y gatos

El escudo de Valparaíso debería incluir un gato. Miles deambulan por sus cerros y no hay casa que se precie de no criar alguno. La ciudad de los gatos le llaman muchos. Cerros y gatos. Y entre los cerros destaca el Concepción, estratégicamente ubicado en las alturas del Valparaíso financiero. Allí viven y conviven una serie de restaurantes que estos últimos años han tenido un rol preponderante en el desarrollo de la gastronomía del Puerto. Antes, la cocina porteña se basaba en marisquerías ubicadas en el borde costero y el cambio fue fundamental para poner a la ciudad en el mapa grande de la gastronomía nacional.

Uno de los más tradicionales en el cerro Concepción es el Café Turri. Mal explotado los últimos años fue comprado por una sociedad que incluye al chef Erwan Salaün, originario de Bretaña (territorio Francés), que había llegado al país años antes para trabajar un tiempo en La Maison de France y luego abrir su propio restaurante, La Fourchette.

El Turri es de inspiración chileno-francesa. No faltan las machas a la parmesana, locos, ostiones y langostas. Tampoco las preparaciones del chef, platos franceses como la tradicional sopa de cebollas, la rillete de liebre, el foie gras y el pato a la naranja, entre otros.

Las porciones, abundantes, rememoran los antiguos clubes sociales que antaño era donde mejor se podía comer en el país. A decir verdad, el Turri tiene algo de club. Ese aire de compañerismo que solía vivirse en esos lugares sumado a un “calor de hogar”, casi imposible de encontrar en los actuales y modernos comedores.

Es difícil detallar la carta y las opciones que trabaja Erwan. Mal que mal su menú está impreso en una especie de diario donde aparece toda la oferta y sus precios. Desde aperitivos hasta bajativos. Desde entradas chilenas a las francesas; fondos tradicionales y los favoritos del chef; acompañamientos, cervezas y una carta colosal de vinos gracias a un convenio que tienen con El Mundo del Vino. Sin ser caro, no es precisamente una opción económica eso sí.

En fin. Aparte de ser un orgullo para la ciudad la recuperación de este importante espacio, la satisfacción de comer en este comedor es altamente grato y reconfortante. Hay que ir con tiempo eso sí. No tanto por la ubicación, ya que esta a pasos del plan de la ciudad, sino que hay que darse el tiempo para saborear cada una de las preparaciones. De atención ágil y sin quejas, el trabajo que han realizado en el café Turri para sacarlo de sus malos años ha sido más que bueno. Hoy, refaccionado y entretenido, es una opción más que recomendable si visita el Puerto. (Juantonio Eymin)

Café Turri: Templeman 147, Cerro Concepción, Valparaíso, fono 32- 225 2091



LE FOURNIL
Bistrot-Jazz Club en Patio Bellavista

por Karla Berndt


El origen de la palabra Bistró o Bistrot es dudoso y lleva a disputas. Una de las versiones (la wikipediense) menciona que su origen puede provenir del ruso: быстро (léase: bwystra) que significa “rápido”. Se cuenta que los soldados rusos que ocuparon Francia tras las Guerras Napoleónicas se dirigían frecuentemente a los civiles franceses en los restaurantes demandando un servicio inmediato: "¡bistró!, 'bistró!", y de esta forma la palabra se convirtió en Bistrot.

El Bistrot actual tiene un estilo de cocina que se desarrolla con alimentos frescos y considerados saludables. El menú de los Bistrots se ha ido haciendo poco a poco más popular debido al concepto de comida informal y esto ha sido en parte debido a la celebridad de algunos chefs de cocina que emplean y hacen referencia a este estilo.

Como sea, tenemos ahora una de estas joyitas en Santiago: Le Fournil estrenó en Patio Bellavista un concepto totalmente diferente a todo lo conocido en Chile, el Bistrot-Jazz Club, que más que un restaurante, es un lugar de entretención que une la cultura culinaria de bistrot parisino, en equilibrio con la cultura del Jazz.

Los detalles que hay al interior de este nuevo local, de dos pisos, lo hacen único. Inspirados en un real bistrot, acudieron para decorar el local artesanos de primer nivel como tapiceros, ebanistas y ceramistas. Destacan detalles como el piso de cerámicas antiguas, molduras en el cielo, lámparas de lágrimas, vidrios ahumados y enmarcados, banquetas tapizadas de cuero verde; la clásica repisa detrás con barra de bronce para dejar sombreros y paraguas; sus sillas, mesas y bar con pisos típicos, lo que le da un toque sobrio, elegante y que realza la sensación de encontrarse en un lugar muy acogedor.

Aunque algunos podrían encontrar la iluminación un poco tenue, a mí me encantó justamente este detalle – soy mujer y prefiero comer sin sentirme enfocada por luces demasiadas directas.

La cocina de este Bistrot Le Fournil busca rescatar las notas gustativas de cada producto y no tiene más pretensiones que deleitar con un sabor directo, resaltando la calidad de los ingredientes primarios. Junto con preparaciones como “la soupe à l’oignon servie dans un pain de campagne” (sopa de cebolla servida en pan de campo), se agregaron recetas auténticamente francesas como la “Terrine tiède de boudin noir et pommes, salade de mâche” (terrina de morcilla y manzana, con ensalada de berros), un plato para mi gusto perfectamente logrado; el magret de pato raza ”Mulard” con peras asadas con especias, o el blanquette de conejo a la mostaza Dijon y zanahorias glaseadas, otros de los platos estrellas de este nuevo Le Fournil. Entre los postres, destacan sus peras cocidas al vino tinto con helado de canela-nuez, así como los grandes clásicos dulces de Le Fournil, como las crêpes Suzette o la crème brûlée a la vainilla.

Abierto desde la hora del desayuno hasta la cena, Le Fournil Bistrot.Jazz Club es para su propietario, Jérôme Reynes, algo más que un restaurante. Es un lugar de entretención, una fusión bohemia entre cultura de Bistrot parisino y cultura Jazz, y una gran alternativa en el barrio Bellavista, para comer rico, ir a escuchar buena música, tomar un buen desayuno, y almorzar diariamente.

Bistrot Jazz Club Le Fournil: Patio Bellavista, Constitución 30 Local 102, fono 248 9699

BUENOS PALADARES


LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA

RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(29 mayo) ASTRID Y GASTÓN (Antonio Bellet 201, Providencia, fono 650 9125): “Una muestra: su flamante ceviche erótico, que incorpora al erizo, innovando en sabor con este viagra al plato, que habrá que experimentar. Al clásico pulpito al olivo lo convierte en una causa, sobre puré con ají amarillo y pasta de rocoto. También al popular anticucho de corazón lo transforma, reemplazando al músculo de vacuno por la finura del hígado de pollo y corazones de pollo y de pato. Que presenta un foie braseado, sabroso y distinto y propone un congrio, impecable, con risotto de quínoa. Y lo espléndido: su cochinillo de tres semanas, con papas panaderas, butifarra y pera con morcilla, en salsa de miel y ají amarillo. Un plato que justifica la fama.”

SOLEDAD MARTINEZ (Wikén)
(29 mayo) EUROPEO (Av. Alonso de Córdova 2417. Vitacura, fono 208 3603): “Una novedad importante en un lugar cuya imagen, debido a su prestigio, parece fijada para siempre. Es cierto que el chef Carlos Meyer está continuamente innovando, pero lo hace con tanta prudencia y en su propio estilo que sólo lo notan sus comensales frecuentes, que por cierto no le faltan. Ahora, en cambio, ha encontrado un cocinero joven, Gabriel Layera, el cual sintoniza con su visión culinaria y lo ha convertido en su brazo derecho, dándoles un giro muy actual a algunas de sus creaciones.” “La calidad de los productos y el rigor de sus preparaciones son los de siempre, pero Layera aporta pequeñas y oportunas variaciones que enriquecen el conjunto respetando la exigente sabiduría de Carlos, y refuerzan el atractivo de esta cocina que, a juicio de Gabriel, en Europa tendría estrella Michelin.”

ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(29 mayo) SUSHIHANA (Mirador del Alto, local 3625. Las Condes, fono 955 2727): “La atención partió rápida y cálida, pero la cocina –en general– no fue muy despierta. Después de diez minutos llegaron unas gyosas ($2.200) y diez después un tempura mixto ($4.800) al que le faltó el papel absorbente. Será feo, pero reduce el aceite de la fritura.2 “En materia de sushis, en una visita previa no contaban con tamago (tortilla de huevo) ni uni (erizo). En ésta, y diez minutos más después, se optó por un sencillo hosomaki de pepino ($2.300, algo caro, vaya), un roll con camarón tempura, salsa ligeramente picante y palta (Memo roll, $5.900) y un California ebi (camarón, palta y masago, $4.800).” “En general, todo bien, aunque la mesa quedó cochina tras el tempura y le penó una pasada de paño.”


YIN Y YANG (La Segunda Internet)
(29 mayo) BALANDRA (Del Salvador 024, Puerto Varas, fono 65-231100): “La carta de su restaurante Balandra ha sido diseñada por la premiada chef Pamela Fidalgo, y bajo su vigilancia (con frecuentes viajes y continuas revisiones) la ejecutan a la perfección quienes fueran sus ayudantes en Santiago, Carlos Toledo y su esposa.” “Los platos de fondo dan cabida a los excelentes pescados del mar cercano, como la merluza austral y el mero, pero asimismo a un asado de tira de cocción lenta o un costillar de cerdo en salsa de miel, con acompañamientos criollos como el charquicán y las papas chilotas al merquén, y exóticos como el hummus, el chutney de piña o los aros de cebolla en tempura. Y los postres ofrecen joyas regionales como el helado de murta, la salsa de ruibarbo y el clásico strudel de manzana y degustación de kuchen y tortas caseras.” “Si a lo dicho se suman no sólo las instalaciones de piscina, spa y masajes del hotel sino también los precios muy razonables del restaurante ($ 3.900 a $ 6.900 sopas y entradas y $ 7.900 a $ 11.800 los fondos), la inauguración hace pocos meses del nuevo Colonos del Sur -con su vista privilegiada al lago y los volcanes- ha pasado a ser uno de los principales atractivos de la ya muy privilegiada ciudad de Puerto Varas.”


BEGOÑA URANGA
(El Sábado)
(30 mayo) CIENFUEGOS (Constitución 67, Barrio Bellavista, fono 248 9080): “Lleno de planes, aún en plena crisis, el chef presentó su nueva carta de otoño 2009, que comenzó con un camarón con tocino en masa philo y siguió con un tiradito de corvina como aperitivo. Luego, una ensalada de panas, pebre y palta, con brotes de alfalfa y una reducción, para seguir con camarones y ostiones con espuma de chupe.” “Como fondo, presentó un mero con espinacas y piñones araucanos y alioli. Luego un arrollado de cerdo con puré de papas brujas, verduritas y merkén. El pan, a todo esto, maravilloso, una verdadera joyita en pequeñas piezas, con hierbas, y a las que no les hacía falta ni siquiera mantequilla, eran de un sabor redondo.” “El postre, a cargo de la pastelera Estefanía Ferrada, consistió en una papaya al pisco, rellena de chocolate blanco, con un sorbete de genjibre y un bizcocho de almendras y salsa cítrica. Elaboradísimo, pero sencillo a la vez, en una deliciosa combinación de sabores para poner fin a una estupenda comida. Ingredientes muy chilenos y cotidianos, al servicio de la creatividad y talento de otro joven cocinero.”


CARLOS REYES (La Tercera)
(29 mayo) EL ANCLA (Américo Vespucio Sur 01173, La Cisterna, fono 5583309): “La cazuela de greda es profunda, pero no se nota demasiado. Sucede que la torre de choritos (si es que se les puede llamar así, choritos) es tan alta que el cazo aparece pequeño a primera vista. Son más o menos docena y media, y de cada concha surge una fresca carnosidad, que para colmo de bienes se acompaña por un caldo marino concentrado, a la temperatura justa para capear el frío y preparado para no perder una sola gota de sabor. Un monumento a la cocina pop chilena que por $ 3.500 gradúa con honores a El Ancla como una doña picada, incluso sin probar el resto de la carta.” “Así suma y sigue una carta amplia, en un lugar generoso en espacio y estacionamientos; con las ornamentaciones justas para distinguirlo como parador marino y una atención sin refinamientos, pero preocupada del detalle en cada mesa. Incluso de guardar lo que el cliente no se puede comer, algo recurrente por cierto.” “… con la comida bastó y sobró para demostrar que son figuras de la culinaria de Santiago Sur y sus alrededores.

PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(31 mayo) ELADIO (Av. Ossa 2234, fono 2770661) “Hace tanto rato que no iba al Eladio, que lo encontré muy cambiado. Está algo más elegante, parece, aunque sigue siendo un restaurante grande y masivo, familiar ante todo. Y siempre lleno, como ese jueves en la noche.” “Partimos probando el baratísimo pisco sour ($ 990), que estaba bien. Me sorprendió una escueta carta de vinos de precios súper accesibles (aunque no les vendría mal ofrecer más etiquetas, sobre todo de viñas más nuevas y pequeñas). Probamos unos ricos osobucos al carménère, guisados en olla y sabrosísimos, con su buen trozo de médula, que me fascina. También distintos cortes de carne (bife chorizo, filete parrillero, asado de tira); este último venía un poco duro, por lo que mi cuñado lo devolvió y, como debe ser, no nos lo cobraron. Lo demás estaba OK. Como acompañamientos, pedimos papas fritas, ensalada del huerto (con tomates secos y aceitunas) y cebiche de porotos negros con palmitos, entretenido y original.”