miércoles, 29 de junio de 2011

REVISTA LOBBY

ESTA SEMANA
AÑO XXIII, 30 de junio al 6 de julio, 2011

LA NOTA DE LA SEMANA: Make a Wish
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: Wild Hibiscus, lo nuevo del Danubio Azul
LOS APUNTES GASTRONÓMICOS: Villarrica en Santiago
DE BEBISTRAJOS Y REFACCIONES: El Capataz
BUENOS PALADARES: Las críticas gastronómicas de la semana

LA NOTA DE LA SEMANA

MAKE A WISH

Mucha gente me ha estado preguntando estos últimos días qué diablos es Make a Wish, ya que nunca habían sentido la necesidad de saberlo. Nuestro mundo, nuestro país, nuestras ciudades y nuestros trabajos están tan complicados que pocas veces nos permitimos mirar para el lado.

Y deberíamos comenzar a compenetrarnos con esta Fundación. Por lo menos Lobby lo ha hecho y nos gustaría que siguieran nuestros pasos. Make a Wish cumple los deseos de los niños que están desahuciados. Esos niños que ni la medicina los puede curar. Niños de cuatro años o de diecisiete que saben que la vida para ellos es corta y quieren un deseo secreto. “Ser carabinero por un día”, dicen algunos, otros quieren conocer la playa o su artista favorito. Y en Make a Wish no hay deseo que no traten de cumplir.

Pero cumplir los deseos no es fácil. No se trata de llevarle una torta y que se la coma. Detrás de ello hay una inmensa producción que involucra a mucha gente: médicos, enfermeras, asistentes sociales y toda una mise en place para que el “deseo” les produzca algo positivo en su corta vida y que les ayude a superar sus desagradables terapias y sus temores.

Make a Wish es una fundación que no tiene recursos estatales y todo proviene de aportes anónimos. Nadie lucra con el espejismo de la muerte infantil. Eso nadie lo quiere ni espera.

¿A qué esta editorial?

En agosto de este año Make a Wish quiere comprometer a algunos buenos restaurantes de Santiago en unas jornadas solidarias con el fin de recaudar recursos para superar los cien deseos anuales que brinda esta institución en Chile. La idea es que cada restaurante ofrezca un plato de su carta y luego de un mes que durará la oferta, done a la Fundación un pequeño porcentaje del plato vendido y del dinero recaudado. Esos fondos irán completamente a cubrir esos deseos infantiles que como bien sabemos, son de recuerdo perpetuo.

Muchas veces caen lágrimas de los ojos cuando experimentamos situaciones extremas. Sabemos bien que Lobby es leída por gran parte del empresariado turístico y gastronómico nacional. Acá no hay ningún fin de lucro ni de exposición. No seremos ni más ni menos famosos con nuestros aportes, pero en el fondo del alma podremos sentirnos felices de haber sido participes de la felicidad de un niño que muy difícilmente podrá llegar a la vida adulta.

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDDOR

WILD HIBISCUS
Lo nuevo del Danubio Azul.

Cuentan… y es posible que sea una leyenda urbana, que cuando Obama fue elegido presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, le ofrecieron una copa de champagne con una flor en el fondo. La flor, comestible obvio, es un hibiscus salvaje provenientes de Australia. Esas flores son recolectadas y hervidas en su propio almíbar y luego se conservan en agua mineral con caña de azúcar para viajar a los destinos más exóticos del planeta.

Experiencia simpática y entretenida. La flor, en contacto con un espumoso u otro licor, abre sus pétalos y se ofrece con un característico color rosa y con un sabor diferente.

La flor de hibiscus se ha transformado en el ingrediente de moda en los restaurantes más famosos de Europa y Estados Unidos e hizo su arribo a Chile de la mano de Palacio Danubio Azul, que dirige Giovanni Vanni.

Fui a conocer este famoso cóctel un día de la semana pasada. En mi mesa, varios cronistas analizábamos su sabor, características y funcionalidades. Suave y agradable en boca junto a un espumoso (4.200). Su sabor recuerda trazos de murtilla y eso es agradable. Es raro comerse la flor. A ratos me pareció verme como Grace Jones se comía un gomero en la TV chilena hace lustros ya. Pero hay un sabor y una consistencia que agrada. Sin ser homofóbicos catalogamos el espumoso con hibiscus como “trago de mina”, ya que su color rosado casi tornasol, no nos representaba en su totalidad.

Pero tienen otros cócteles: pisco sour con hibiscus (3.600) y un martini (en gin, $4.600)) muy seco con esta flor adentro. De los tres, definitivamente el espumoso acapara la atención. Es definitivamente una experiencia digna de conocer.

Conversando con Giovanni, propietario del Danubio Azul, me contó que pronto entra en una etapa de remodelación de este gigante lugar, lo mismo que está haciendo con Asian Bistró, su local del Parque Arauco. Me impresiona ver como un día jueves a mediodía, el local cuente con gran público a pesar que no es precisamente económico. Por lógica, se come bien, atienden de maravillas y su cocina es seria y eficiente. Gyosas, dumings, masas, empanadas, platos al wok, camarones al ajo y ravioles de centolla y filete salteado pasan por nuestra mesa. Posiblemente como debe ser un palacio imperial. Con una atractiva y eficiente anfitriona (Luigina Correa) y todo.

Durante años el Danubio Azul se ha mantenido dentro de los buenos restaurantes santiaguinos. Y así como prospera, invierten en mejoras y en tecnología. Hace algún tiempo los visité y los mozos y mozas trabajaban con micrófonos para adelantar el trabajo en la cocina. Riéndose mucho, Giovanni me cuenta que el experimento no resultó ya que su frecuencia de radio estaba a la par que la de Carabineros, y que se enredaban platos con procedimientos policiales.

Esta vez fui por su hibiscus. Le prometí otra visita más gastronómica para contársela a mis lectores. Mientras tanto les recomiendo la novedad del año. Una copa en el bar junto a un appetizer. Lo justo y necesario para seguir pensando que si al Presidente Obama le gustó… ¿Por qué no a usted? (Juantonio Eymin)

Danubio Azul: Reyes Lavalle 3240, El Golf, Las Condes, fono 234 4688

LOS APUNTES GASTRONÓMICOS



VILLARRICA EN SANTIAGO
Una muestra más que significativa

La historia es simple. Hace un par de meses, Starwood, la cadena propietaria de los hoteles Sheraton, se hizo cargo de la operación del Villarrica Park Lake catalogándolo como un hotel Luxury Collection. Allí, en ese hotel sureño las cocinas están manejadas por Andrés Yurjevic, quien se trasladó la semana pasada a Santiago con sus productos y vituallas para presentar su cocina durante tres días en restaurante El Cid.

Y fue una muestra más que representativa y gustadora. Mini tartaleta de centolla y piñones como aperitivo; foie gras flambeado al cognac, en pan de ulmo y chutney de membrillos con murta; una soberbia crema de gallina ahumada 8que es uno de los platos estrellas del hotel); plateada con charquicán criollo y helado de rosa mosqueta con un cremoso de quínoa y vainilla.

¿Algo más? Obvio, para sentirnos en el sur, sopaipillas como las de allá (sin zapallo) con pebre de quínoa y pebre de changle. Vinos syrah Chocalán y carmenere Casas de Giner…y la atmosfera siempre elegante de El Cid.

El Villarrica Park Lake es posiblemente uno de los hoteles más exquisitos de la zona. Enclavado entre Villarrica y Pucón, ofrece todos los servicios que puede entregar un Luxury Collection. El restaurante Aguas Verdes es el epicentro gastronómico del lugar, sin olvidar sus dos bares (Vértigo y Equilibrium) y la terraza donde en primavera y verano no faltan los asados al aire libre. Un hotel lleno de detalles donde todo luce y reluce.

Es temporada el año entero. Nieve en invierno en su magnifico volcán y playas en verano para los amantes del sol. Hoy el hotel está bajo el alero de Starwood y como tal, un sinónimo de calidad a toda prueba. He vivido memorables jornadas gastronómicas en este sureño hotel y esta cocina debe ser una de las mejores de la región (JAE)

Aguas Verdes. Hotel Villarrica Park Lake Hotel & Spa: Camino Villarrica – Pucón KM.13, fono 45-450 000

DE BEBISTRAJOS Y REFACCIONES



EL CAPATAZ
Nuevas alternativas para comer en Monticello Grand Casino




* Karla Berndt


Más de medio millón de personas visitó los casinos del país en el mes de abril. Sus gastos en estos recintos aumentaron en un 5,17%, llegando a un promedio de más de 39.000 Pesos per cápita. Del total de los 42,8 millones de dólares de ingresos brutos alcanzados sólo en este mes, Monticello Grand Casino se llevó la mayor parte de la torta: el 28,2%.

Con estos datos frescos en la memoria, visitamos hace unos días este centro de entretención ubicado en San Francisco de Mostazal, a menos de una hora en auto de la capital. La razón fue conocer la nueva oferta de su restaurante El Capataz para estos meses de otoño e invierno.
Tras dos años de actividad - y con más de 24.000 visitas mensuales – este restaurante-buffet temático incorpora nuevas variedades de carnes, pescados y acompañamientos de primer nivel.

Lo primero que llama la atención es la decoración: en el bar, los visitantes se sientan cómodamente en monturas de caballos. Mucha madera, detalles de cobre, mimbre y sillas con respaldos ultra altos contribuyen a una ambientación al estilo de los antiguos habitantes del Valle de San Francisco de Mostazal.

El buffet sorprende: seis estaciones gastronómicas, las que incluyen carnes, pastas y pizzas, mariscos, cremas y sopas, además de ensaladas, sushi y postres, dispuestos para responder a todos los gustos. Muchos de los platos se preparan frente a los comensales al minuto de hacer el pedido. Aparte - ¡la puesta en escena es una verdadera fiesta para los sentidos!

La selección de carnes a la parrilla también incorpora nuevos cortes como cordero al palo, wagyu (sobrecostilla, posta y lomo), lomo Angus y lechón de cerdo a la naranja, que se agregan al lomo, punta picana y paleta, asado carnicero y costillar de cerdo, entre otros, que tradicionalmente han sido parte de la oferta de El Capataz.

Dando varias vueltas probé sabrosas panitas de res preparadas con zanahoria y arvejitas, cremoso guiso de brocoli, puré picante y papas a la crema, un buen pedazo de lomo vetado preparado al instante y al punto deseado, ensalada de habas y de betarraga. También había conejo escabechado, salmón a la sal, costillar de cerdo a la francesa y pato en salsa de castaña y pera. ¡Aplauso extra para el Pulmay!, típico curanto en olla de Chiloé, que me encantó.
También los postres hacen honor a la tradición chilena – desde el dulce turrón de merengue hasta grandes fuentes con frutas frescas de la temporada.
Para finalizar, un platito con un surtido de diferentes quesos, muy ricas unas bolitas de queso Filadelfia con amapola.

“Con su nueva oferta El Capataz se convierte en una excelente alternativa para comer, que complementa las diversas opciones de entretención que Monticello entrega a sus visitantes, quienes además de divertirse pueden disfrutar de las exquisitas variedades culinarias que ofrece este buffet”, dijo George Garcelon, Gerente General de Monticello Grand Casino y Mundo de Entretención. “Esperamos que la gente disfrute de este restaurante que se destaca por ofrecer variados y deliciosos productos, con comida fresca, natural y con sabores marcados, todo bajo un servicio y calidad de primer nivel y un precio accesible”.

El Capataz
Monticello Grand Casino y Mundo de Entretención
Panamericana Sur Km. 57

*Karla Berndt es cronista gastronómica e integrante del Círculo de Cronistas Gastronómicos de Chile. Nacida en Alemania, reside hace 22 años en Chile y actualmente es Gerente de Comunicaciones de la Cámara Alemana de Comercio, Camchal. Su afinidad con la gastronomía la plasmó en el primer y único libro de cocina chilena escrito en idioma alemán y editado en su país de origen “Die chilenische Küche”. Sus periódicas crónicas se pueden leer (en español) en el sitio www.camchal.cl y en su columna “De bebistrajos y refacciones” en Lobby.

BUENOS PALADARES

LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA

RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(17 junio) EL CAPATAZ (Monticello Grand Casino, San Francisco de Mostazal, fono 72- 951 100): “Pero para los acompañantes de buen apetito, que no juegan, existe El Capataz, amplio recinto en el segundo piso de estilo autoservicio con tenedor libre. Tiene estaciones gastronómicas de sushi, carnes, ensaladas, sopas, mariscos, pastas y postres. Por $11.000, los bebestibles se pagan aparte, se puede probar todo y repetirse (niños hasta 12 años pagan $5.500). Las carnes se están asando, las pastas se preparan con los ingredientes que el consumidor pida. Llaman la atención las chuletas de cerdo a la francesa (con el hueso limpio, como se usa con las de cordero), y resultan novedosas las preparaciones de conejo, jabalí, pulmay o curanto en olla. Algunos platos se van alternando y en ocasiones ofrecen incluso wagyú. Con paciencia y apetito, quienes no enloquecen con los juegos de azar pueden pasar allí un buen rato, al cuidado de Alfredo Mora, chef ejecutivo y su personal.”

ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(24 junio) FULANO ZUTANO & MENGANO (Bellavista 052, local 88, fono 290 5700): Durante años este restaurante hizo lo suyo en el centro cívico de nuestra capital, ofreciendo menús de almuerzo más interesantes que la media del sector. Ahora, en la nueva ala del Patio Bellavista, aprovecha un espacio más amplio, decorado con obras de arte originales y con sectores para fumadores y no fumadores…” “el carpaccio de res ($5.500) venía gélido y algunas de sus láminas de carne derechamente congeladas. Sin grandes demoras en el servicio (hasta que se pidió la boleta con el adjetivo "rápida", lo que no pasó), llegaron un trozo de salmón a la plancha impecable y nada de seco ($5.700) con champiñones salteados ($1.600), tratados con igual respeto. Con un filete al pesto ($7.900) en cambio, llegó bien hecho, cuando se pidió tres cuartos, y con una sabrosa omelette de salmón como guarnición.”

SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(24 junio) COQUINARIA (Av. Isidora Goyenechea 3000, local S-101, Subsuelo, Las Condes, fono245 1958): “…el chef y socio Kevin Poulter, que circula muy elegante y atento a los detalles, aunque con cierta solemnidad y distancia- nos hace sentir en una burbuja a la vez grata y extraña, muy diferente de cualquier otro restaurante. Este placer se da desde el desayuno, con brunch los fines de semana, almuerzo a la carta y con menú del día ($8.500), y británica hora del té. Probé los "huevos benedictinos" (que se insiste en llamar así, pese a que los autores norteamericanos los denominan "Benedict" y según el Larousse los auténticos benedictinos llevan brandade de bacalao, trufas y crema). Muy bien hechos, se ofrecían pochados con jamón ($3.950) o salmón ($4.950), ambos ahumados, y salsa holandesa. Luego, ravioles de jaiba, con su pinza, verduras, habas glaseadas y salsa al pernod ($3.250); confit de pato en salsa de oporto con peritas baby salteadas y timbal de papas rösti ($9.950); pechuga de pollo y cuscús cítrico con dátiles, pistacho y za'atar, una especia de Medio Oriente ($6.950), que me pareció inferior a lo demás, y un original risotto de zapallo camote con arroz negro "salvaje" y hongos shiitake ($7.250).”

DANIEL GREVE (Qué Pasa)
(24 junio) TUNA PALACE (Av. Américo Vespucio 1011, local 6, fono 954 0400): “Que un restaurante use el nombre de una materia prima y ésta no esté siquiera en el mínimo nivel sería un total despropósito. Pero el caso se da, lamentablemente, más de lo que uno quisiera. Pese a ello, es esperable que en Tuna Palace podamos encontrar un buen atún. Y no uno, sino de varios tipos. De todos colores -rojos, rosados, blancos- y de diferentes texturas y sabores. Todo este atún proviene de Ecuador, donde efectivamente hay más variedad. Con el atún rojo, por ejemplo, hacen un excelente Tataki Special ($ 5.490) acompañado de una salsa. El atún se siente firme y su carne es magra. Pero donde sobresale, por la novedad y el buen sabor, es con el atún blanco. La carne se siente nítida en su sashimi ($ 2.590 las 8 unidades), más grasa, de sabor profundo y de textura delicada, blanda, fácil, oleosa. A pesar de que el sitio es frío y no invita a una larga sobremesa, su nombre hace justicia con lo que ofrece.