miércoles, 16 de mayo de 2012

REVISTA LOBBY

ESTA SEMANA
AÑO XXIV, 17 al 23 de mayo, 2012

LA NOTA DE LA SEMANA: La mejor picada de Chile
LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR: Gastronomía verde
LOS CONDUMIOS DE DON EXE: Yanina, de Cuba con amor
MIS APUNTES GASTRONÓMICOS: Republicano
PURO VINO ES TU CIELO…: Gerard Basset, una leyenda de buena cepa
NOVEDADES: Trekking en Santa Cruz
BUENOS PALADARES: Las críticas gastronómicas de la semana


LA NOTA DE LA SEMANA

LA MEJOR PICADA DE CHILE

Hay iniciativas a nivel gubernamental que esperamos una permanencia en el tiempo. La última de ellas proviene del Ministerio de Cultura y ¡por fin! recayó en nuestra gastronomía. No es nada más ni nada menos que un concurso ciudadano para escoger la “mejor picada de Chile”, cuya votación se realizará por Internet.

El Ministerio hizo un catastro de picadas en todas las regiones. Lugares que son patrimonio gastronómico gracias a sus recetas, preparaciones, ambiente, etcétera, el cual servirá de base para votar. Durante 12 días se podrá escoger cuál es para el internauta la mejor picada del país. Los resultados se darán a conocer el Día del Patrimonio Nacional.

Ojalá el tema sea de interés ciudadano. Instancias como ésta son escasas y casi nulas. Llevar nuestra gastronomía al ámbito de la cultura nacional no es cosa de todos los días y francamente es una demostración que la cocina es parte de nuestra historia. Los votos se recibirán desde el 18 al 30 de mayo en el portal www.cultura.gob.cl/lamejorpicada, y como es una especie de concurso, el ministerio determinará tres ganadores al azar, los que podrán viajar a la “picada” a comer, con estadía pagada.

¡Que paradoja más grande! Mientas todos pensábamos que el apoyo a la gastronomía vendría del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, el que nos da la mano es el ministro de Cultura. Por ello este programa es más importante aun y debemos agradecer iniciativas que dan pie al mayor conocimiento de nuestra gastronomía.



LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR

GASTRONOMÍA “VERDE”

No es fácil ser “verde” u orgánico. El compromiso con la tierra es muy grande y muchas veces erramos el camino.

Hace años que el mundo está cambiando. Aun no sabemos si es para bien o para mal pero es un hecho. Hoy estamos en una etapa intermedia entre el pecado venial y el mortal. Cuando era pequeño mi mundo era orgánico. No existía aun la globalización y difícilmente un muchacho de hoy podría entender que las frutas tenían temporada y que la leche venía con nata.

La gastronomía de esos entonces era local. Pienso en los alemancitos que vivían en el sur y se banqueteaban con chuletas kassler, longanizas y manzanas mientras nosotros comíamos choclos a diente y chupábamos cuescos de duraznos. Hoy tenemos de todo, en todas partes y muchas veces a precios ridículos. Poco cuesta hoy hacerse vegetariano o vegano. Pero, ¿es real la situación? ¿Cuánto está quedando realmente libre de químicos en nuestro mundo?

Las modas en esto de la alimentación son resultado de los tiempos modernos. Producto de la abundancia por así decirlo. Me puedo declarar no consumidor de un producto ya que tengo diez más para reemplazarlo. Puedo comerme una hamburguesa de soya que reemplace la carne de una McDonald’s y me siento casi libre de pecado. Claro está que nunca me preocupé cuáles eran las grasas animales que aportaba el pan. Puedo decir que no como carne alguna pero si pescado, que están saturados de metales pesados que contienen nuestros océanos. Puedo decir que sólo como granos, sin preocuparme de la huella de carbono que se ocupa para que esos granos lleguen a mi boca.

Es difícil ser verde en estos días aunque amemos esa palabra.

En la antigüedad, a los 40 ya se era un veterano. El lector podrá decirme que eso no tiene nada que ver con la alimentación y en parte tiene razón. La medicina se ha encargado de que cada día vivamos más. Pero la medicina y la farmacología dependen de la química al igual que la agricultura. Nos duele algo y nos tomamos un ibuprofeno y santo remedio. ¿Qué estamos metiendo en nuestro cuerpo?: Ibuprofeno, lactosa monohidrato, almidón de maíz, celulosa microcristalina, almidón glicolato de sodio, dióxido de silicio coloidal, glicerol, estearato de magnesio, hipromelosa, dióxido de titanio, macrogol y polisorbato. ¿Todo eso en un cuerpo verde y ecológico?

Posiblemente sea para la risa pero es cierto. Hace unos días me comentaban que el plato más codiciado de Puerto Natales era uno preparado con mango. ¿Calculan el costo energético que significa llevar mangos a Puerto Natales, casi la frontera sur de la tierra?

¿Le interesa esto a los vegetarianos o a los veganos?

Para ser verde hay que tener agallas. (Juantonio Eymin)

LOS CONDUMIOS DE DON EXE

YANINA
De Cuba con amor

Una mulata impresionante, con una mini negra, medias idem, blusa blanca y un corbatín, me ofrece un espumoso la semana pasada durante la inauguración del restaurante Donosti, una renovación del añoso Centro Vasco de Vicuña Mackenna.

Había llegado solo ya que mi jefe me obligó a ocupar su invitación. ¡Escribe lo que quieras!, me dijo y no te fijes en los caracteres. Parece que entendió que necesito más de dos mil tipeos para contar mis avatares.

Mis ojos iban y venían de la mulata. Muchos veteranos la miraban pero como andaban con sus respectivas, sólo lo hacían esporádicamente. Yo no. El privilegio de estar sin compañía me daba el placer de verla ir (un trasero impresionante) y venir (un parachoques de miedo). Ella destilaba lujuria. Se acerca, me mira a los ojos y dice.

- ¿Otra?
- ¿Otra qué?
- ¿Otra copa?
- De todos modos. ¿Cómo te llamas?
- Yanina.
- ¿De donde eres? No te había visto nunca.
- Vengo de Pinar del Río, en Cuba.
- ¿Y te gusta Santiago?
- En realidad me da frío. Pero tengo que aguantarlo.

Se movía como una modelo. Actuaba como una modelo y cada tres minutos se acercaba para ofrecerme otra copa. Yo, sin nada de comida en el cuerpo, comencé a botar el espumoso que me ofrecía en un macetero que tenía a mi lado. Ella veía mi copa vacía y volvía al ataque. Al quinto encuentro pregunta:

- ¿Cómo te llamas?
- Exe
- ¿Exe de Exequias?
- Exe de Exequiel
- Tengo un tío en La Habana que tiene tu nombre.
- Yo tengo otro en Chimbarongo que hace paraguas de mimbre, respondí.
- No te entiendo, Exe. ¿A que te dedicas?

Entre ir y venir le conté mi vida. Ella, entre venir e ir, la suya. Sus papis, miembros del partido, viendo que la cosa se estaba poniendo peluda en Cuba, le facilitaron un viaje a Santiago posiblemente sin retorno. Con los pocos dólares que viajó se hospedó en una pensión en Vicuña Mackenna y al día siguiente salió a buscar trabajo. Entró al Centro Vasco, donde dos grandes antenas de celular coronan el lugar y se encontró con esta apertura.

- No conozco nada ni a nadie, comentó.
- Hace cuanto tiempo llegaste Yanina
- Tres días, Exe, me dice cuando se retira ya que la llamaron para servir el coctel.

Fui por cumplir y esto se estaba poniendo entretenido. Yanina pasaba cada medio minuto a ofrecerme delicadezas vascas preparadas por los nuevos concesionarios del local. Sinceramente poco me acuerdo lo que deguste. Estaba rico pero más rica estaba Yanina. Ella se las arreglaba para ofrecerme siempre el mejor plato y rellenaba constantemente mi copa. ¿Te gusta Exe? ¿Te gustaría algo más?

La palabra éxtasis, que no estaba en mi vocabulario, comenzó a crear vida. Un tamborilero con una flauta hacía de violinista mientras Yanina aceleraba mi pulso. Más de una mirada de reprobación recibí de los vascos que estaban presentes en el lugar. Y diría que era envidia. Y de las grandes.

Era casi medianoche cuando el evento se termina. Recién la “U” había casi destrozado a su rival y en la Plaza Italia todo era jolgorio y desorden. –“Tengo miedo”, me dice Yanina. “No estoy acostumbrada a las multitudes”

.- Cálmate Yanina. Yo vivo para el otro lado y tengo una habitación libre para que duermas allá. ¿Te animas?
- ¿Dónde vives, Exe? ¿Vives solo?
- Cerca de la plaza Ñuñoa, Allá todo es tranquilo
- ¿Me das cinco minutos para preparar todo?
- ¡Diez también, querida.

Tomamos un taxi y en ocho minutos estábamos en el depa. Aunque no lo crean, mi gato chino movía sus dos manitos. – Me quiero duchar, Exe. Esto de entrar y salir de la cocina me hace sentir hedionda a grasa.

- La bata pequeña es la tuya, respondí.

Cuando regresó estaba hermosa. Su pelo ondulado contrastaba con un cuerpo que me hacía tiritar. Se echó a mi lado mientras yo le servia un ron con Coca Cola

- Esto es lo máximo, Exe
- Aun no, querida
- ¿De que escribes?
- De gastronomía
- ¿Te servirá la inauguración del Donosti?

La bata era pequeña para sus atributos. Tirada a mi lado cuenta que la generación “Y” es respuesta a los viajes de los cubanos a Rusia y que en la actualidad muchos nombres en la Isla comienzan con Y.

- ¿Por eso te llamas Yanina?

No contestó. La miré y estaba durmiendo. Fui por un par de frazadas, una almohada y la acomodé en el sillón. ¡Qué va! Hace tiempo que el sueño vence a mis amigas. ¿Estaré poniéndome viejo?

Exequiel Quintanilla

Donosti: Centro Vasco. Vicuña Mackenna 547, Santiago Centro. fono 222 3173

MIS APUNTES GASTRONÓMICOS

REPUBLICANO

“Cocina chilena fusión”, me explica Daniela Montalva, administradora del Republicano, cuando hacíamos un brindis de bienvenida con una copa de espumoso mendocino Flichman rosé, que siguió acompañándonos durante todo el almuerzo.

Ha sido tan manipulada la palabra fusión en la cocina, que me imaginé de todo. Desde espumas hasta malabarismos culinarios. Sin embargo, luego de probar parte de su oferta, lo único relacionado a fusión que encontré fue que la chef del lugar y que elabora platos de cocina chilena, es peruana.

Clelia Salgado se llama y proviene de Piura, cerca de la frontera con Ecuador. Sentados en un cómodo comedor de techo alto y con lámparas de lágrimas que le dan un toque ecléctico al lugar, comienzan a llegar los platillos dispuestos para la ocasión. Partimos con un Crudo (5.900) de excelente factura cuyos aliños se acompañaban para que cada comensal lo preparara a su gusto. El mío, con cebolla morada, limón y mostaza alemana. Rico sabor para un crudo que puede estar en las ligas mayores. Luego, un insípido timbal de jaiba con cuscus (5.400) y un buen cebiche “republicano” (5.900) de corvina y camarones con jengibre y ají amarillo.

Como la idea era probar parte importante de la carta, Clelia, la chef, nos envía tres degustaciones de los “caballitos de batalla” del lugar. Los platos que más rotan y que se podría decir que son los clásicos del Republicano: Wagyu (8.600) con ñoquis y salsa roquefort (unos ñoquis excelentes); Salmón con cuscus (7.900); Filete de res con camarones y papas y Corvina a la norteña con un excelente puré de papas + espinacas + perejil + cilantro + albahaca (7.400).

La vieja casona del barrio Bellavista esta hoy refaccionada y su propuesta estética se remonta al diseño de los años 50 y 60 con hermosas lámparas de lágrimas, papeles murales vintage, molduras, marcos dorados y candelabros, que le dan un aire muy atractivo.

Al final vendría la prueba de fuego: de la amplia carta, tres platos a elección de los comensales. 1) Pollo al cognac; 2) Salmón con cuscus y 3) Wagyu & ñoquis. Dos de los tres lograron su objetivo, no así el pollo al cognac (6.400) que no aportó nada y que posiblemente fue debido a que pillamos a la cocina dormida. Servido en un lebrillo de greda, acompañado de papas fritas y arroz (a la usanza peruana), sólo fue un saludo a la bandera a uno de los platos insignia de nuestra cocina típica.

Los platos son abundantes y bien presentados. Uno o dos errores en un almuerzo donde degustamos diez preparaciones, no tiene mayor significado. Los precios también ayudan a que uno salga más que satisfecho luego de una incursión en este restaurante. Los postres (entre 3.000 y 3.500) son bastante superiores a la media de muchos establecimientos. El bar, ameno y muy completo.

En resumen, un buen lugar para pasar un muy buen rato ya sea al almuerzo o la cena. Para corregir: el punto de las cocciones de los pescados y las carnes… y para olvidar -o sacar de la carta-, el pollo el cognac. El resto, una buena sinfonía de sabores y colores. (Juantonio Eymin)

Republicano: Dardignac 0127. Barrio Bellavista, fono 249 8435

PURO VINO ES TU CIELO...

GERARD BASSET
Una leyenda de buena cepa

María Yolanda González F.

Un partido de futbol y una mujer sellaron el destino de Gerard Basset, el mejor Sommelier del mundo, el que más títulos ha cosechado durante su carrera y al que el Reino Unido ha condecorado por su aporte a la industria de la hospitalidad.

Es innegable, cientos de “devotos”, mujeres y hombres aficionados al mundo del vino, miembros de la industria y la prensa especializada, lo siguen como a un gurú en todo el mundo. Es un súper star, una leyenda. Master of Wine, Master Sommelier, Wine MBA, Mejor Sommelier del Mundo y Oficial de la Orden del Imperio Británico, OBE por sus servicios y aporte a la industria de la hospitalidad.

No tenía por qué ser distinto acá, donde llegó esta vez invitado por Sommeliers de Chile, convocando a cuantos se mueven en torno al vino, y que lo siguen como una nube de abejas; hay razones, no todos los días se está frente a la mejor nariz, las mejores papilas gustativas y los mejores ojos que existen en el mundo, para clasificar un vino desde su origen.

Acostumbrada a tanto divismo de poca monta, Basset no deja de sorprenderme. En el lobby del hotel NH, en medio de una agenda estresante y mucha gente su alrededor, dice- en un inglés que delata su Francia natal- , que “no hay apuro”… al finalizar el encuentro, una cosa queda clara, Basset posee una virtud en extinción. La humildad.

-¿Cuando nació su pasión por ser un experto en vinos, un sommelier?
Tras unos bigotes muy galos, aunque está nacionalizado británico, Basset recuerda que muy joven fue un partido de su equipo favorito el que lo llevó a Inglaterra. “Luego, trabajando en un restaurante, una señora me preguntó por las características del vino que estaba ofreciendo……yo no sabía mucho, pensé eso no podía ser y partí a comprar un libro de vinos. Luego vino otro, otro más, mucha experimentación y trabajo y también inversión de lo que ganaba, y ahí nació mi pasión.

-¿Qué papel jugaba el vino en su hogar cuando niño y adolescente?
Nada especial, se tomaba como en todas las casas francesas, pero nada más, era algo que estaba ahí como muchas otras cosas.

-La mujer se ha empoderado hoy en el mundo del vino, ¿que aportan las mujeres?
Me gusta mucho la incursión de la mujer en el mundo del vino, tiene una sensibilidad especial, que se complemente muy bien con la visión masculina en el tema.

¿Qué vinos tocan hoy su corazón?
Uff, que pregunta, los de Nueva Zelandia, los de Elqui y Limarí.

¿Que le pasa a usted cuando tiene que vender un vino favorito de su cava, le duele como a los artistas cuando venden su obra preferida?
Bueno, hay un sentimiento, pero a la vez con esa acción se hace muy feliz a otra persona.

Y hacer felices a los demás, es a lo Gerard y su mujer Nina Basset se han dedicado en el último tiempo, a través de su hotel Terravina, ubicado en Southampton ,Inglaterra , clasificado por Conde Nast como “uno de los mejores lugares del mundo para estar”, y considerado el mejor hotel de servicio de vino en el planeta.

El secreto de mi éxito

Tras tantas luces, hay un largo trecho que Basset comenzó después de trabajar en el prestigioso Chewton Glen Hotel, donde conoció a su mujer Nina, considerada una de las mejores profesionales del rubro y que había hecho el camino inverso, de Paris volvía a Gran Bretaña. Con su ex jefe del Chewton y Nina, -“ella siempre ha sido mi partner, somos un equipo”-fundaron Hotel du Vin, que se multiplico en seis hoteles similares donde el vino era el inspirador de la pasión por el servicio, y que luego vendieron, para dar paso al celebrado Terravina.

Ya Basset había publicado su primer libro, “La experiencia del vino”, hecho para sus alumnos, y donde se refleja su filosofía, “la educación no puede ser absolutamente gratis, cuando se es joven hay que invertir parte lo que uno gana para perfeccionarse, es el camino que te lleva a cumplir las metas”, o tal vez, El secreto de mi éxito, como se llama la serie de televisión donde comparte roles con su mujer en la TV inglesa.

Con un hijo de 12 años y tantos pergaminos no puedo dejar de preguntarle

¿Con tanta sofisticación en el trabajo, como se vive puertas adentro?
Muy, muy simple, hacemos una vida familiar como cualquier persona, vemos televisión, leemos… nada sofisticado.

NOVEDADES

TREKKING EN SANTA CRUZ

La vida saludable al aire libre está de moda. Tal vez, porque cada día el concepto de bienestar o wellness gana más adeptos en todos los niveles de la sociedad. Las personas viven más años, y por cierto quieren hacerlo en las mejores condiciones posibles, de ahí que el deporte y la alimentación sana se hayan convertido en ejes fundamentales de la vida actual. Por eso, y haciendo eco a esta tendencia, el Hotel Santa Cruz organizó el primer trekking familiar en el Valle de Colchagua el cual se realizará durante este fin de semana del 21 de mayo.

Se trata de un programa donde podrán disfrutar grandes y chicos, así como principiantes y expertos. Para ello, el Hotel Santa Cruz cuenta con un equipo especializado que afinó todos los detalles de esta caminata, para que el ascenso al cerro Chamán, planificada para el domingo 20 de mayo, sea una aventura inolvidable. Los turistas tienen opciones de caminata que van entre los 2K –para los primerizos-; luego 5K para los más avezados; y finalmente 8K para quienes ya dominan el trekking.

El programa incluye noches de alojamiento con desayuno buffet; copa de vino de bienvenida; utilización de la piscina temperada y baños a vapor del Inka Spa, y por cierto el trekking por la Viña Santa Cruz junto a las actividades adicionales, como la entrada al Museo de Colchagua.

Para quienes deseen partir el viernes 18 de mayo, es decir 4 días y 3 noches la aventura y estadía en el Hotel Santa Cruz tiene un valor de $225.000 (IVA Incluido). Quienes opten por el programa de 3 días y 2 noches el valor asciende a $198.000 (IVA Incluido). Dos niños de hasta 10 años pueden alojarse gratis, compartiendo mobiliario de la habitación con sus padres.

Hotel Santa Cruz Plaza: Plaza de Armas 286, Santa Cruz, Valle de Colchagua, fono 72 - 209 600


BUENOS PALADARES

LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA

ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(11 mayo) CATAMARÁN (Manuel Montt 1646, Providencia, fono 204 9481): “Aquí la idea era acceder a lo que se ofrece en una marisquería. De entrada, para compartir, un cebiche Catamarán ($8.500), con ostiones, camarones, machas (mmm), calamares y pulpo (poquito), muy a la peruana, pero sin el picor. Rico. Y una empanada de camarones, pedida en la marcha y que llegó en menos de cinco minutos. Rica también.” “Entrando en materia, una pasta fresca con su toque de crema y de salsa de tomate rústica ($6.800), con abundancia de camarones, ostiones y otros. Un plato que parece concebido por un viudo de verano. O sea, sin privarse. Y luego un caldillo de congrio ($6.000) al que le faltaba enjundia en el caldo, aunque en las cucharadas finales ya calificaba mejor, tras dar cuenta de tamaña presa de pescado.”

SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(11 mayo) ABDULLAH Y LOS CUARENTA SABORES (Chef a domicilio y delivery, fono: 6-219 5008): “Con un llamado telefónico, es posible tener en casa una auténtica comida marroquí con un servicio de delivery (siempre que se pida con unas 48 horas de anticipación) cuyo portador rearma los platos en la vajilla del interesado con su mismo diseño original.” “Pedimos dos menús completos ($20.000 cada uno), en que diferenciaré las entradas de los fondos, aunque la costumbre es llevar simultáneamente todo a la mesa para compartir. Las dos entradas -tan mediterráneas como son la ratatouille o la escalibada- fueron combinaciones, una de pimientos verdes y tomate (chakchuka), y otra de berenjena y tomate (zaaluk), en ambos casos en pequeños trozos aliñados con diferentes especias. Lo mejor fue el tajine, en este caso de cordero, con cortes horizontales en torno al hueso, grandes ciruelas maduras, perfectas almendras y salsa que llevaba, entre otras cosas, jengibre, cúrcuma, miel y azúcar, todo salpicado al final con sésamo tostado, y arroz blanco de acompañamiento.”

RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(4 mayo) ÓPERA (Merced 395, Santiago Centro, fono 664 3048): “Su chef, el premiado Frank Dieudonné, renueva oferta: por ejemplo, ahora propone finas láminas de salmón ahumado sobre blinis de ostiones, con crema agria y caviar de salmón ($7.600). Lo acompañan con acierto un chardonnay Tabalí reserva especial del valle del Limarí. De fondo, pescado: turbot con masas conchiglioni, rellenos con pasta de ave con hongos morilla y suave jugo de carne ($16.000). En vino, le viene bien un pinot noir Corralillo 2010, naturalmente frío.” “Alternativa para el frío, una contundente sopa de cola de buey, oxtail soupe, en su consomé con ravioli rellenos de tan sabrosa carne ablandada por larga cocción ($6.400). O un confit de porc, de cerdo cocinado al vacío con hongos silvestres y quenelles de papa nativa ($9.200)”

RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(11 mayo) LA PESCADERÍA (Mallinkrodt 180, Providencia, fono 777 6120): “Cuando encuentra ostras las ofrece, muy ricas, a la parmesana. Para picoteos tiene tablas de pescados, mariscos y crustáceos (entre $12.500 y $18.200). Conserva sus empanadas cajún con queso de cabra, camarones al ajillo, calamares a la romana, ceviche. Ojo con su fideuá, esa versión catalana de paella, pero con fideos, muy buena. Y examinen su charquicán de camarones, con huevo frito, notable. También disponen de pastel de centollas con ostiones y picante de camarones.” “La carta propone una serie de pastas, con fettuccini acompañando mariscos al wok, con vongole, con camarones, o risotto (de $8.900 a $9.800). Caldos y chupes, de $5.800 el mariscal caliente a $7.800 el chupe de locos. Se incluyen recomendables espuma de ostras y bisque de camarones, que sobrevive de la experiencia creole.” “Cazuela de merluza austral, superlativa, con la catalana salsa romesco (tomates, ajos, pimientos, almendras…). Para clientes light, ensaladas: césar, griega o a la pesca ($5.900 a $6.900). Para quienes reniegan del mar, 400 gramos de pura carne de vacuno, $9.500. Y postres varios por $3.400. En resumen, un lugar para invitar dignamente a alguien a pasar un buen rato en Bellavista.”

BEGOÑA URANGA (El Sábado)
(12 mayo) DA NOI (Av. La Dehesa 1201, locales 106 y 107, fono 3212195: “Un lugar bonito, moderno, con mesas de mantelitos verdes, muy acogedor, aunque con unos murales de fotografías pintadas, horrorosos. La cava y los cuadros salvan el ambiente. Atención rápida, aunque sin mucho orden. Un pan de vicio, calentito, increíble, acompañado de un platito de salsa boloñesa.” “Para comenzar, un antipasto de la casa. Rico el vitel toné, muy bueno; las verduras sabrosas, el jamón crudo, más o menos y la mozarella, escasa y olvidable. Unos ñoquis con boloñesa resultaron grandes, contundentes, pero no demasiado refinados. Para el régimen, un delicioso pollo grillado y una ensalada de palta en su punto justo (lo mejor de todo, aunque no era la especialidad de la casa).Un lugar agradable, con relativo buen servicio, en el que se vende para llevar, pero para quienes disfruten de esa comida un poco pesada a la que, definitivamente, le falta renovación.”

PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(13 mayo) LA RONDE DES SAVEURS (Manuel Montt 983, Providencia, fono 205 5195): “Para partir, hicimos un desorden pidiendo las patitas de cerdo rellenas con farsa trufada -que es un fondo- como entrada. El mozo, atento y despierto, entendió que compartiríamos todo y también que estábamos algo apurados: trajo rápidamente las bebidas y el carménère solicitado, junto con pan caliente y un platito individual con buen paté de la casa para cada uno. Luego de los pied de cochon, blanditos y pecaminosos, acompañados con papas dauphinoise, llegaron los fondos, enormes: sabrosos riñones de ternera, rica y blandita liebre con salsa de mostaza y un buen confit de canard (pato). Todos estos fondos venían con los mismos acompañamientos: papas dauphinoise (suerte de mil hojas de papa con crema), flancito individual de verduras y tomate al horno con persilada (pan molido con perejil). Para seguir saliéndonos del libreto, pedí la sopa de cebolla -que es entrada- como fondo. Apareció un plato hondo muy grande, con la sopa, crutones de pan y queso encima.”