martes, 19 de marzo de 2013

LA NOTA DE LA SEMANA

DE VENDIMIAS Y OTRAS COSECHAS

En tiempos de vendimias, creemos que es hora de rendir un pequeño reconocimiento a Miguel Torres, no el abuelo o el hijo, sino el del medio, el que llegó un día a Curicó a establecerse en un país que sólo conocía por oídas y que si bien sus vinos se tildaban de buenos, no lo eran.

En los años ochenta comienza esta historia llena de tradiciones que hoy nadie se asombra. La Fiesta de la Vendimia la instauró en aquellos años en que nadie se preocupaba de ello. Hoy, son decenas las fiestas que acaparan la atención durante los meses de marzo y abril. Pero más aún. Renovó el servicio del vino instando a los restaurantes que vendieran vino por copas, algo insospechado también en ese tiempo. También fue el primero en poner un restaurante en sus propios viñedos, a sabiendas que sería pésimo negocio inicial y fue el que renovó la guarda de vino ya que trajo estanques de acero a su viña.

Busco suelos donde nadie plantaba nada. Se preocupó del medio ambiente, de la salud y se daba la maña de venir al país un par de veces al año a entregar nuevas ideas y hacer negocios. Hoy-y tal como lo hiciera alguna vez su padre-, entregó el poder a su hijo Miguel (tercera generación), en una jubilación que no lo tiene convencido para nada. ya que tendremos Miguel Torres para bastante rato.

Pensamos que en estos tiempos de vendimias, donde cada viña o bodega saca lo mejor de sí para mostrarlo a sus potenciales clientes, darle un minuto de nuestro tiempo a Miguel Torres, es lo menos que podemos hacer.