martes, 28 de mayo de 2013

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR

OPA OPA
Una taberna griega en Santiago

Muchas veces, cuando uno se enfrenta a un chef que muestra su arte, y ante la pregunta de qué tipo de cocina elabora, varios dicen que su cocina es mediterránea, como forma de estar en sintonía con el éxito y la salud que promete el consumo de estos platos provenientes de esa zona del mundo. Pero la comida mediterránea va mucho más allá de lo que se ve en nuestros restaurantes y el Opa Opa, un restaurante de cocina griega, tiene mucho que aportar a este tema.

Un aporte, ya que la familia propietaria es casi-casi griega. Acá, las recetas son de la abuela griega y sus platos son los típicos de ese país helénico. La casa que alberga el restaurante está llena de banderas y recuerdos griegos, cuyo dueño lo ha mezclado con artesanías chilenas con la idea de integrar ambos países. A la hora de la verdad, la comida propiamente tal, la sencillez de los platos prima sobre la elegancia de los mismos. Acá no hay exotismo ni birlibirloques. Una comida sencilla y limpia que gusta y que hace olvidar los posibles problemas del lugar, como lo es su ubicación y el frío reinante en este fresco otoño.

Con Zorba de fondo, partimos con unas sabrosas croquetas griegas ($4.500), para untar con Tzatziki, una salsa de pepino, ajo y yogurt, de gran sabor y calidad. También, Dolmades, esos rollitos de hojas de parra rellenos con arroz y especias ($4.500). Para beber, y en espera de la patente respectiva, cerveza sin alcohol, que al menos ayuda a equilibrar los sabores de esta rica cocina.

Los fondos, variados. La infaltable Musaka, pastel de cordero y berenjenas horneadas ($5.500) y las Spanakopita ($5.000), exquisita tarta de espinacas y queso de cabra envuelta en hojas de masa philo, típico plato griego de los fines de semana.  Los platos, generosos, se acompañan casi siempre de la infaltable ensalada griega, de pepino, tomate, queso feta, cebolla, aceitunas y pimientos, aderezada con un poco ortodoxo (para nosotros) aceite de oliva de gran potencia, muy al estilo mediterráneo de antes, muy invasivo. Aun así, el retrogusto es tremendamente agradable y no molestan sus características.

Mención aparte para los dulces que acompañan el café, como los Baklava, con hojaldre, nueces y jarabe de miel, que disfrutamos gratamente con una escondida copita de Ouzu, el típico bajativo griego, de intenso aroma anisado.

Si busca cocina mediterránea de verdad, simple y se gran sabor, acérquese al Opa Opa, que recibe a sus comensales con música griega y con la simpatía de sus gentes. Un buen descubrimiento. (Juantonio Eymin; Fotos: www.800.cl) 

Opa Opa: Maturana 84. Barrio Yungay, fono 2671 4066