miércoles, 1 de enero de 2014

BUENOS PALADARES

CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

MUJER
PILAR HURTADO
(DICIEMBRE) LA RESISTENCIA (Providencia 2124, local L 1, fono 2335 0963): “De las opciones ofrecidas elegimos un par de huevos con cebolla y tomate y un par de huevos espinaca-queso. Se pueden pedir fritos, pochados o revueltos, y vienen en una sartencita individual de fierro muy bien presentados, sobre un papel seda impreso y con las tostadas y guarniciones al lado. Los huevos con espinaca y queso los pedimos fritos y venían perfectos (el viejo dicho “no sabe hacer ni un huevo frito” nos ha hecho creer que es fácil hacerlos bien; pero no se engañen, ¡no lo es!: se revientan las yemas, se recuecen o quedan feos). Tostadas crujientes, espinaca blanqueada y justa cantidad de queso derretido combinaron muy bien con los dos huevos. El caso de los pochados no estuvo tan bien pues venía el agua de cocción en la sartén de fierro; hubo que botarla para poderlos disfrutar. Lo otro que percibimos es que el sabor del fierro se transmitió a estos delicados huevos” “Atención eficiente, sin duda una buena alternativa de la que alguna vez nos gustaría probar sus omelettes o tortillas, para seguir con el concepto.”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(DICIEMBRE) EL MESÓN DE JUAN (BordeRío. Av. Monseñor Escrivá de Balaguer 6400, Local 9, Vitacura, fono 2219 1039): “Aunque en España siempre se ha comido ostentosamente carne de chancho -certifica que uno es "cristiano viejo"-, en El Mesón de Juan brilla por su ausencia (solo aparece en chorizo). Desconcertante.” “La carne más prestigiada, a continuación, en la Península, es el cordero, como dice el título. Pero, pedida la paletilla de cordero ($11.900) con papas bravas ($3.000), llegó un garrón que, aunque bien cocinado, no era paletilla. Nos quedamos con el garrón (paletilla no había), con las ganas de paletilla y con la esperanza de explicaciones -no llegaron-. Además, según el garzón, las papas llevaban algo de ketchup. Desazón adicional e inquisitivos rebuscos con el tenedor. No solemos ingerir esa atrocidad.” “Hay mollejas, angulas al pilpil, mariscos al ajillo, tortilla de papas. Carta de vinos razonable. Atención poco ágil. Musiquita española suave. Estacionamientos fáciles. Sugerencia: dedicarse a las tapas, como esos ricos pimientos. Digo yo...”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(DICIEMBRE) LA RESISTENCIA (Providencia 2124, local L 1, fono 2335 0963): “Primero que nada, sus bebestibles, servidos en vaso plástico chico con tapa y bombilla. No son baratos ($1.800). Y la limonada estaba relajante y llena de hielo, mientras el ice tea venía chambreado y sin cubitos. Ni contenedor ni contenido a la altura.” “Luego, un desayuno. Se pidieron huevos pochados con albóndigas ($3.000). Estos venían en una pequeña y bonita sartén, pero no estaban bien hechos. Para quien lo ignore, y no es pecado, son huevos hechos en agua hirviendo, liberados de su cáscara, con un chorrito de vinagre o jugo de limón para facilitar su cocción. Primero, venían pasados a vinagre. Y luego, la yema no venía cremosa, por lo que eran, más bien, la versión mutante de un huevo duro. Al costado, dos trozos de pan rústico con las albóndigas, ricas ellas.” “¿Irresistible? Como está ahora mismo, no.”

EL SÁBADO
BEGOÑA URANGA
(DICIEMBRE) BALBONA (Vitacura 389, fono 8400 2002): “Deliciosa ensaladilla rusa, con bonito, como Dios manda. Unas mini cebollas rellenas de carne sobre un puré, sencillamente geniales. Las gambas al ajillo ricas, aunque los camarones ecuatorianos son muy grandes para respetar la esencia del plato. Los calamares a la romana... un poco mustios, no así el pepito de ternera, para morirse. Un bar súper surtido y una sangría maravillosa. En síntesis, un buen lugar con una estupenda cocina aunque con algunos bajones, pero que seguramente irá puliendo.”