Una propuesta diferente.
Hace unos días fui a conocer la sucursal
que abrió el Ocean Pacific’s en Vitacura. Todo un tema junto al tradicional
restaurante de Cumming. Para la mayoría de los mortales, el lugar no deja de
ser un tremendo aporte al turismo gracias a su temática y a su tradición como
uno de los mejores museos marinos que, ligado a una gastronomía oceánica,
mantiene prácticamente repleto este enclave marítimo en Santiago.
La idea fue de Marcos Rulli, que
mientras concesionaba una pequeña cafetería en el estadio israelita, abrió, con
tan sólo siete mesas lo que después se transformaría en uno de los fenómenos
más comentados en la capital y que hoy ocupa más de 4 mil metros cuadrados en
calle Cumming con Agustinas. Lo que comenzó como un modesto boliche para comer
pescados pasó a ser un museo restaurante con capacidad para más de 450
personas, lleno de motivos marítimos: escafandras, claraboyas, uniformes,
caracolas, marinas, timones y anclas, y una carta muy celebrada por los
clientes y no tanto por los críticos. A punta de recorrer casas de remates y de
amigos ligados a la marina, logró una colección que, según un experto de la
Fundación Mar de Chile, consta de 2.800 objetos dignos de un museo, con un
valor de más de $ 200 millones.
Marcos Rulli ha extendido su imperio por
el barrio. A pocas cuadras, por Cumming, se encuentra El Carepalo, dedicado a
las carnes a las brasas y otras más exóticas, como jabalí, ciervo y avestruz.
Muy cerca está El Vikingo que, pese al nombre, está dedicado a la comida
chilena campestre, como arrollados y perniles. También tiene el Veinte Mil
Leguas, con dos socios. Ahí preparan una línea de mariscos congelados
"Lifenatura vida". Su próximo proyecto ya es realidad: la sucursal
del Ocean Pacific's en Vitacura.
Sentado en una de las mesas de la
terraza del segundo piso, me imagino comiendo en algún club naval de los varios
que existen en Chile. Incluso el servicio es parecido y las mismas similitudes
se pueden encontrar en la cocina. Da la sensación de cocina de club, con
pescados en su correcta cocción pero aun cubiertos con salsas (como la trucha o
el congrio mai mai); locos “a la orden” de buen tamaño pero algo duros; los
clásicos “chupes”, cebiches, erizos y medio centenar de preparaciones
diferentes, aparte de los postres, donde se puede encontrar una gran variedad
de ellos, con una gran predilección por el chocolate ecuatoriano 70%
cacao.
Comer platos “como los de antes” es de
vital importancia a la hora de saber algo más de nuestra gastronomía. Los
avances han sido tan rápidos que no nos permitimos deleitarnos con preparaciones
de antaño, con la falsa idea de que lo “actual” es lo correcto. Si así fuera,
Marcos Rulli habría abandonado el barco de la gastronomía hace mucho tiempo. Y
ojo, ya que es uno de los pocos empresarios que gana dinero con sus
restaurantes. (Juantonio Eymin)
Ocean Pacific´s: Av. Padre Hurtado 1480, Vitacura, fono 2954 2112