martes, 11 de febrero de 2014

HOTELES CON HISTORIA

Los hoteles de Hemingway
50 MARTINIS EN EL RITZ
Y UN BLOODY MARY POR ENCARGO

En la actualidad existen pensiones, posadas, hostales, hoteles de 5 y 7 estrellas, moteles, cadenas internacionales, Resorts, Bed & Breakfast, gente que presta su sofá -Couchsurfing- a un desconocido para que duerma algunas noches. Existen tantas opciones de hospedaje como gustos de cada viajero; a todos estos podríamos añadir una categoría muy particular, “Los hoteles de Hemingway”, en vista de la gran cantidad de lugares en donde pernoctó el escritor norteamericano y que hoy en día ostentan su estancia como si se tratara de un trofeo o de algún certificado de calidad y servicio.

Al inaugurar entonces esta nueva categoría, he querido comenzar con el que quizá sea el hotel más importante entre los tantos en que durmió este personaje, siendo a partes iguales cronista, reportero de guerra del Toronto Star, o escritor consagrado de una época lejana e irrepetible: el Hotel Ritz de París.

Desde hace unos cuantos años, una de las paradas obligadas para un viajero en la capital francesa es el Bar Hemingway del Hotel Ritz. Elegir un trago de su amplia carta de cócteles puede ser una forma no tan costosa de degustar un rato de los espacios de un edificio símbolo del lujo y la clase alta desde sus inicios. Como sugerencia para tomar, el trago podría ser un Dry Martini a manera de homenaje a los 50 que según cuenta la leyenda se bebió el escritor para celebrar el desalojo de los nazis cuando tenían ocupado el Petit Bar del Ritz como cuartel general de la Luftwaffe. Hay una historia que afirma que para finales del año 1945, el mismo Hemingway consumó el desalojo de los alemanes enfundado en su traje de militar y acompañado de unos pocos soldados. El periodista norteamericano llegó al hotel en un jeep cargando una potente ametralladora, pero al parecer ya el enemigo había abandonado el hotel y a Hemingway no le quedó más que celebrarlo con sus 50 martinis secos.

Si los martinis no son un trago de su agrado, no importa, este no es el único episodio legendario que vincula al escritor y al bar, o por lo menos, con alguno de sus cócteles. Otra de las historias célebres de los vibrantes años 20 en París es la que el mismo Hemingway contaba sobre el Bloody Mary, asegurando que este coctel había sido inventado especialmente para él por el mítico bartender Fernand Petiot.

Si no se apunta con ninguno de los anteriores, la carta de tragos es tan grande que dio como para editar un libro, The Cocktails of the Ritz Paris, por lo que de seguro abundarán tantos cócteles para aligerar la tarde como los colores del clásico “Rainbow”, una mezcla de anís, menta, chartreuse amarillo y verde, brandy de cereza y un toque especiado de kummel; o el recientemente famoso Serendipity, que su creador Colin Field definió como “Francia en un vaso de vidrio”.

Cualquiera sea su elección, probablemente será más barata que dormir en alguna de las costosas habitaciones, pero además, si se trata de encontrar el testigo más fiel de la entrañable relación entre el escritor y el Hotel Ritz, este bar es el mejor lugar.

(Además de Ernest Hemingway, cuando todavía era conocido como el Petit Bar del Ritz, fue el “hogar” de una larga lista de escritores y artistas de la época. Proust, Cocteau, Joyce, Sartre y F.S Fitzgerald. De este último también existe la recordada anécdota de haberse devorado una por una las flores de un ramo de orquídeas que adornaba la barra al ser rechazado por una mujer.)