Buen futuro...
Si bien el primer piso del Danés tiene
la concepción típica de una fuente de soda, con un gran mesón y taburetes ad-hoc;
el segundo es un comedor hecho y derecho que por estos días se hace pequeño
para recibir un ávido público que se entusiasmó con esta propuesta, donde si
bien los sánguches son su leitmotiv, muchos van por sus platos, llenos de enjundia
y sabor.
Acá valen las calorías. Salvo un par de
ensaladas para las féminas que esperan un verano sin polera, el resto es
definitivamente para los amantes de las grandes porciones. Buen producto sin
duda, sin embargo y dada la cantidad de mise en place que utilizan sumado a la
rapidez que deben salir los platos desde la cocina, es indispensable una mirada
crítica a los platos antes de entregárselos al público. No es majadería, pero
cuando uno de sus productos estrellas del lugar como son los arrollados, llegan
secos y desabridos, no hay excusa que
valga la pena. Alguien –aparte del arrollado- falló en la cadena de elaboración
y eso no debería pasar en un lugar que nació para convertirse en un modelo de
negocios bastante bueno y eficiente.
Excelentes crudos, mejores sánguches al
plato y buen surtido de cervezas y vino. El Danés va en camino a tener más sucursales.
Buena idea y buen logro. Sin embargo les recomiendo que antes de aumentar sus
locales, será necesario solucionar los cuellos de botella que se producen en la
matriz. El modelo es bueno, pero una planilla Excel no es todo en un negocio
gastronómico. Y los detalles no los corrige un computador. (Juantonio Eymin)
Danés, Av. Vitacura 4607, local 2, fono 22954 3140