martes, 18 de noviembre de 2014

BUENOS PALADARES

CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

MUJER
PILAR HURTADO
(NOVIEMBRE) CASCARRABIA (Vitacura 4085, fono 22206 4701): “La carta no es muy grande y todas querían un solo plato, salvo yo, que pedí la humita de queso fresco madurado con pesto y tomates secos, envuelta en hojas de plátano, que estaba realmente deliciosa y recomiendo compartir porque es grande. Las opciones de plato principal fueron variadas, desde una ensalada que traía camarones y frutillas, muy original y rica; una mozzarella soñada con verduras grilladas y hermosa presentación que a su dueña le encantó, y un risotto de setas muy sabroso y a punto.” “…en Cascarrabia hay grato ambiente, gran cuidado en la presentación, sabor y temperatura de los platos, y en cada detalle del atento servicio, suma que sin duda me invita a recomendarlo y a querer volver pronto.”

QUÉ PASA
DANIEL GREVE
(NOVIEMBRE) SARITA COLONIA (Loreto 40, Bellavista, fono 22881 3937): “La versión reloaded del Sarita Colonia se hace llamar cocina peruana travesti. Y eso es. La relectura que hacen Gino Falcone y sus socios es desnudar la cocina peruana para vestirla con otras cosas. Dos pisos más terraza conforman este templo a la virgen apócrifa, que cuenta con un patio lleno de nichos, una barra como altar pagano y sofás hechos con retazos de pantalones. Ningún detalle al azar. Igual que su joven cocina. Desde ahí nace una carta con carácter. Buena e imaginativa coctelería, maravillosos fondos y postres lujuriosos. El Pulpo al olivo ($7.800) tiene una fuerza insólita, gracias a una salsa exquisita; el Rocoto relleno con pastel de papas ($9.400), con toda la sazón de la receta arequipeña pero sin el peligroso picor; el Min-Pao ($8.100), relleno con lomo saltado, delicado por fuera y consistente por dentro; y el Gnocchi de papa y betarraga con salmón ahumado ($9.400), un festín poderoso. De los postres, el Blondie de harina y helado de coca ($4.900) es delicioso y extravagante. Como esta virgen que despierta de noche.”

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(NOVIEMBRE) BARRICA 94 (Patio Bellavista Local 94. Providencia, fono 22732 4284): “La fórmula ganadora es “precios razonables, carta extensa”. ¿Qué bocado rima con cada distinto sorbo? ¿De qué valle llegó el vino que le pondrá acompañamiento a este preciso sabor? Con  variedad de quesos, montaditos, sandwiches, fondos. Con unas irresistibles ostras, fosforescentes de frescas,  escoltadas por ají verde y pepino con cilantro. Longanizas ahumadas en coloridos montaditos, erizos, salmón en  gravlax, crocante de prietas con arándanos ($3.100 las dos unidades). Machas no sólo a la parmesana, sino también con pesto o al pomodoro. Pollo al coñac como se comía hace cincuenta años. Chorrillana para enfrentar cualquier noche, coronada de huevos pochados ($7.900). Una infinidad de bocados, desde merluza austral, pasando por empanadas varias, hasta cuchuflí del propio vendedor de colegio de nuestra memoria. O una roulade de pollo rellena con lengua. Todos los conjuros para acompañar una legión de vinos delgados y gruesos, amigables y potentes, que estallan en la lengua o permanecen largo, como un remordimiento.”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(NOVIEMBRE) EL TEMPLO DEL SOL (Irarrázaval 1053, fono 5-9699199): “Para probar: un anticucho de corazón ($5.300) que venía con papas doradas, pero que llegó (previa consulta) con papas fritas. Sabroso, pero salado. La zarza criolla que acompañaba -cebolla morada con limón y algo de cilantro- venía con trozos de tomate con cáscara. Extraño. Y a la hora de los principales, vaya la descripción: La parihuela ($6.900), sopa recomponedora como ninguna, con exceso de espesante (chuño o maicena), por lo que en su superficie se formaron verdaderos mocos. ¿Sabrosa? Por ningún lado.” “Para seguir testeando, un ají de gallina correcto ($5.900), con un arroz pasado de cocción, y un arroz chiclayano ($6.400), cargado al cilantro como debe ser, pero en esta ocasión con una presa de reineta (lo fiel es con pato), un pescado que ya se había repetido en la parihuela.” “¿No sería bueno que usen otros pescados, como amantes del pescado que son? ¿No sería bueno que marquen una diferencia de tantos restaurantes peruanos que abren? Y, pese a la gentilísima atención, ¿no debieran corregir la sazón, aunque siempre serán -y este es un INRI- una de las mejores cocinas de Latinoamérica?

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(NOVIEMBRE) COCOA VITACURA (Vitacura 4607 local 59, fono 2 2954 3159): “Hemos comenzado la búsqueda del tacu tacu perfecto. Sin suerte. Aquí probamos una degustación de tres ($11.000), uno con confit de pato, otro con camarones y otro con lomo saltado. El confit, buenísimo (camarones y lomo, estándares); pero mojaron los tacu-tacus con salsas, lo que les quitó la indispensable crocancia. Rechazado el plato, nos fue reemplazado gentilmente por un tacu-tacu "tradicional" ($11.000), que trae "sábana" (bistec apanado), huevo frito y plátano frito (deliciosamente arrebozado en sutil batido, como tempura); pero tampoco el tacu-tacu tenía esa ligera costrita tostada que recordamos de Lima y que constituye la perfección de esta croqueta de porotos y arroz. De nuevo, gentilmente, no cobraron los tacu-tacus por no habernos dejado satisfechos.” “Se advierte aquí una cocina cuidada, presentada con esmero y una buena atención (un sommelier ayuda a seleccionar en una importante carta de vinos). La mise en scène es elegante, no minimalista, gracias al cielo; espacios amplios, luminosos. Solo que la vajilla de loza no ajusta a los platos de metal de base y baila, y nuestra mesa negra tenía curiosas manchitas blancas, no obstante ser tan nueva. Bueno, esperemos que termine el rodaje.” “¿Lo mejor? El anticucho de corazón ($8.900), con una salsa sabrosísima y papas doradas.”