martes, 24 de noviembre de 2015

NOVEDADES


LA "FRANCESINHA"
El contundente sándwich de los portugueses
Mucho más que un simple emparedado, se la considera una comida completa que proporciona una experiencia única de degustación por sus diferentes texturas y por el secreto de su salsa.
Escogido uno de los diez mejores sándwiches del mundo por la web estadounidense Aol Travel, una referencia del turismo y el ocio, la francesinha es un plato obligatorio para quien visita Portugal y, sobre todo, la ciudad de Oporto, en el norte del país, donde la ideó un emigrante retornado de Francia en 1950.
"Comer una francesinha es una experiencia única", dice Carlos Sá Pereira, responsable operacional de Cufra, el restaurante de referencia de Oporto que se mantiene fiel a la receta original. “El sabor y textura conferidos por los embutidos, que se encuentran en muchos de los mejores platos de la gastronomía portuguesa, junto a la salsa única hecha especialmente para la francesinha, convierte este plato en algo especial y diferente”, explicó.

"Tampoco existe ningún plato portugués que pueda comerse por todos y a cualquier hora", defendió Sá Pereira, quien abundó que puede degustarse desde la comida hasta la cena más tardía "after-hours". A los turistas les apasiona, según el empresario, quien coloca a los españoles como una de las nacionalidades que más la aprecian: "Vienen a Oporto específicamente para comerla", señaló.

Creado en 1950 por Daniel David Silva, un emigrante retornado de Francia, el famoso emparedado justifica el nombre de francesinha (francesita, en español) por estar inspirado en el tradicional sándwich francés, el "croque-monsieur", confeccionado con pan, jamón y queso. Sus ingredientes, entre los que se encuentran varios productos típicamente portugueses, son el jamón cocido, la mortadela, la salchicha fresca, el lomo de cerdo a la plancha, el filete de res y varias capas de queso.

"Es un sándwich muy elaborado", subrayó Sá Pereira, al recordar el arduo trabajo de montaje de la francesinha, que requiere especial cuidado y pericia para obtener una estructura consistente ajena a posibles derrumbes.

El alma del plato es la salsa caliente, hecha de manera diferente según el restaurante. Cada cocina tiene una receta secreta, aunque normalmente comparten entre sus ingredientes el tomate, el picante y la cerveza.

El sándwich suele servirse también acompañado de papas fritas y un huevo frito que, colocado sobre el pan, emula a una corona. Está considerado un plato de culto en todo el norte de Portugal, -varios restaurantes de Oporto están especializados en la francesinha-, aunque en la capital, Lisboa, también pueden encontrarse locales donde sirva de forma auténtica.

 El intenso sabor de la francesinha tiene, no obstante, un precio a pagar además del económico y es que su ingesta supone alrededor de 1.200 calorías... Y eso sin contar las papas fritas y el huevo.