martes, 26 de enero de 2016

MIS APUNTES

PUERTO BELLAVISTA

Durante el transcurso del último trimestre del año pasado, abrió en el Patio Bellavista el primer restaurante de pescados y mariscos de este importante complejo gastronómico. Una construcción nueva y resplandeciente que se ubica en parte de lo que fue El Antojo de Gauguin y que en pocas semanas se convirtió en uno de los referentes más importantes de este espacioso centro de entretención.

Varios salones y terrazas decoradas ad-hoc y una gran disponibilidad de pescados y mariscos es la carta de presentación de una pulcra y novedosa cocina a cargo de José Luis Marín, un verdadero experto a la hora de abrir restaurantes. El lugar es otro proyecto del grupo gastronómico que lidera Andrés Turski, propietarios a la vez de los restaurantes Sport Café, Trattoria Rita y La Perla del Pacífico.

Un caluroso mediodía de la semana pasada almorcé ahí. No es un lugar para comer a la rápida ya que la idea es ir con tiempo y ganas de probar nuevas recetas o variaciones de platos emblemáticos de nuestra costa. Agua mineral para “barrer la cubierta” –en lenguaje náutico y luego un elegante sauvignon blanc Casas del Bosque para comenzar a catar las novedades de la carta. Acá el primer punto a favor: sus magníficas frituras que se pueden apreciar en las empanadas fritas, donde ofrecen seis variedades, desde la común –de queso (2.500)- pasando por mariscos surtidos e incluso de plateada-luco (3.900).

La fritura regresa en gloria y majestad para degustar uno de los favoritos del público durante estos primeros meses de apertura como son sus Calugas de pescado frito al limón (7.900), una gran porción de ellas aliñadas con limón, tomates cherry, cilantro y cebolla morada. Un plato enviciante y que no envidia a los blandísimos Locos con papas mayo (10.900), ambos en porciones que son capaces de saciar el hambre de un mortal común y corriente.

Pero hay más novedades. Gran sabor para unas láminas de salmón curado en sal de mar con maracuyá y palta (7.900) y un congrio frito al merquén y miel, que lo convierte en un sabroso plato agridulce. También se agradece un finísimo plato de pasta artesanal (9.900) con calamares, camarones y longaniza ahumada con salsa de tomates al vino tinto ¡gran plato!

La carta es grande y la cocina se esmera por entregar los platos en su temperatura correcta. Como debe ser en todo restaurante que pretende no ser excluyente, la carta incluye algunas preparaciones para carnívoros y un menú especial para los peques. Los postres, varios tradicionales chilenos como una añorada Leche asada con arroz con leche (3.900) y unas calóricas sopaipillas pasadas con helado de maracuyá (2.900).

El lugar es cómodo, estéticamente agradable a la vista, ricos sabores y –para felicidad de los clientes- sin olores que provengan de la cocina. El servicio –ese grave problema que enfrentan los restaurantes- se ve afiatado aunque falta que los camareros se “avispen” y sean capaces de vender las especialidades y no ser sólo tomadores de pedidos. Los precios son bastante adecuados y el resultado final es a favor. Hacía falta en el Patio Bellavista un espacio con especialidades marinas y se agradece.

Puerto Bellavista: Pio Nono 71, local 71 / 2 2656 7015