martes, 29 de marzo de 2016

LA NOTA DE LA SEMANA


 
CHILENOS COCINANDO A LA CHILENA
Un libro (y un autor) de culto

El jueves pasado (23-03) y a los 92 años falleció Roberto Marín Vivado, médico y autor de destacados libros de cocina chilena como "Chilenos cocinando a la chilena" y el conocido "Manual del asador chileno". El primero es una verdadera enciclopedia de 423 páginas de sabores criollos y el segundo, el ejemplar de cabecera de los parrilleros locales.
En este último tiempo, no ejercía como médico pero sí algunas veces de cocinero para ocasiones familiares falleció producto de un paro en una clínica de la capital, lugar en el que permanecía hace un mes internado por una complicada neumonía.

Este simple resumen de su vida, nos hizo meditar sobre el desarrollo de nuestra gastronomía. Su libro “Chilenos cocinando a la chilena” es un clásico de la nuestra cocina de buena parte del siglo XX y hoy se ha convertido en un libro de culto para los amantes de la gastronomía nacional ya que para él, su libro pretendía dar a conocer las características de los guisados de uso habitual y popular en nuestra tierra y las variadas formas de prepararlos. “Es mi deseo estimular a los recios machos nacionales, para que se aficionen a la cocina y puedan preparar sabrosísimos condumios de cuya práctica obtendrán las primeras armas para batallar con ollas y sartenes...", afirmaba en su prólogo.

Amante del colesterol –en términos gastronómicos-, decidió que en su libro no tendrían entrada los consejos nutricionales, las mediciones calóricas, los balances de los tipos de alimentos, las cifras de colesterol, emplazamientos salutíferos que agrían el bienestar y el gozo que depara un buen arrollado picante. Ingresó al Círculo de Cronistas Gastronómicos luego de permanecer años en la Cofradía del Buen Comer, un grupo de amigos que semanalmente se juntaban en sus casas a practicar el arte de comer en abundancia.

Durante catorce años tuvo el récord del congrio más grande pescado con arpón, gracias a que en 1959 capturó un ejemplar de 12,5 kilos en El Quisco, lugar donde tenía su casa de veraneo y fines de semana. En el año 2012, el Círculo de Cronistas Gastronómicos lo galardonó con el "Premio Rosita Robinovitch" –que lleva el nombre de la fundadora de la entidad— por su aporte a la cocina chilena y por sus libros.

Soledad Martínez – crítica gastronómica de El Mercurio – hace algún tiempo comentó: “Médico de profesión, entusiasta de la pesca y el buceo, el Dr. Marín ha recorrido Chile recopilando datos, consejos y recetas, porque su interés por la buena mesa y las artes de los fogones lo acompaña desde la infancia. Sin duda ha sabido aprovechar bien la sabiduría de los pescadores, buzos, arrieros y campesinos y, por cierto, de esas cocineras sureñas de su propio hogar, pues ha logrado captar el carácter distintivo de la cocina nacional en su vertiente más popular, aquello que la separa de las demás y asegura ese sabor diferente que echamos de menos en el extranjero con insalvable nostalgia."

Lo extrañaremos pero no lloramos su partida. Aprendimos mucho de él y seguiremos haciéndolo gracias a su obra literaria. Un libro ameno, lleno de pasajes entretenidos y recetas. Una obra que lo mantendrá vivo entre nosotros hasta el fin de nuestras vidas.

¡Salud, Dr, Marín! Ya nos veremos.