AMADEO
Muy bueno, pero…
Los
que no conocen el negocio gastronómico deben pensar que Bellavista es “llegar y
llevar” y el que logra poner un local en sus calles lograrán un éxito
inmediato. Lo sentimos ya que nada de eso es real. Posiblemente con grandes
capitales y sacos de dinero se puede llegar a un punto de equilibrio
gastronómico / monetario, cosa difícil en cualquier barrio de la ciudad.
El
lugar físico donde se encuentra el Amadeo pertenece a los mismos propietarios
del hotel Castillo Rojo, quien en sus comienzos puso todas sus fichas en la bonaerense
Brasserie Petanqué, que tras meses de fracaso en fracaso decidió regresar a su
país natal y dejar la franquicia. Tras un tiempo cerrado, otros empresarios
decidieron instalar un restaurante de otras características y para ello
llamaron a Francisco Mandiola, uno de los buenos chefs capitalinos, que
participó en la puesta en escena gastronómica y la confección de la primera
carta-menú.
El
lugar es atractivo y muy al estilo europeo. Grandes fotografías en sus paredes
le dan un toque especial además de un bar de ostras, estratégicamente ubicado
al costado de una terraza que en estos meses debe cerrar por el frio reinante.
La carta es grande y en la cocina manda el chef Álvaro Vega, poseedor de un
corto pero potente curriculum que incluso lo llevó a trabajar con Laurent
Pascualetto en el hotel Singular de Puerto Natales, donde se puede degustar una
de las mejores cocinas del país.
Mención
aparte para la coctelería, a cargo de Josefa Palma, quien disfruta elaborando
pócimas modernas, además de una buena carta de vinos, los que conjugan a la
perfección con la calidad de los platos que elabora el chef Vega y que ha
deslumbrado a todos los que han conocido el lugar.
Platos
en formato degustación para formarse una idea: Tártaro de pato (6.990) para
iniciar una tournée de calidad. Muy al estilo del restaurante Europeo ya que
todos los que idearon el plato tienen la misma formación. Sabroso y macerado en
vinagre de Jerez, es uno de los imperdibles, mientras exista la posibilidad de
comprar frescos magret que sólo algunos crían y venden en las cercanías de
nuestra capital.
Luego,
un imperdible que está causando sensación desde la apertura de este
restaurante: Pulpo a la parrilla (6.990) con un una pasta –mojo- de cilantro,
alioli y pimentón dulce, que lo convierte en una combinación perfecta de
sabores y colores. Un plato tan fino como la Trucha ahumada –que viene a
continuación- (9.900), con un maravilloso puré de lentejas, zanahorias y
espárragos glaseados en miel y lavanda. Una preparación genial, delicada, con
muy pocos ingredientes y sabores que van más allá de la correcta preparación
del plato.
Para
los amantes de la carne, el Cerdo glaseado en chancaca y naranja, acompañado de
camote y anís (8.900) es otro de los puntos altos del Amadeo, que cierra su cena
con la opción de degustar alguno de los siete postres –churros, sopaipillas o cuchuflis, entre otros- para despedir la jornada con un par de
cócteles que ofrecen de bajativo.
Lindo
espacio y mejor comida. Me extraña el horario ya que sólo funciona de lunes a
sábado entre las 19 y 24 horas. Es difícil posicionar un restaurante con un
horario tan restringido ya que es sabido que en Bellavista la oferta
gastronómica opera los siete días de la semana al almuerzo y cena. Con esta
limitante, ya que los valores de los platos son bastante adecuados, es difícil
mantener toda una infraestructura funcionando a medias. Hay capital invertido,
pero si el negocio está cerrado en los días y horas determinantes para el
éxito, todo se transforma en capital inmovilizado. Y eso es dañino para la
buena salud del lugar.
Ojalá
recapaciten ya que el barrio necesita restaurantes de calidad. Y el Amadeo
–salvo pequeños detalles sin importancia- tiene todas las condiciones para
triunfar.
Amadeo: Constitución 187,
Barrio Bellavista / 2 2244 9885