OX
La élite no transa
Nueve
años atrás, cuando el Puerto Fuy –encabezado por el chef Giancarlo Mazzarelli-
estaba en su apogeo, los socios que estaban detrás de este restaurante,
decidieron emprender otra aventura y al poco tiempo abrieron en la misma cuadra
el Ox, un local que buscaría ser el referente como la mejor parrilla de la
ciudad.
El
tiempo ha pasado y también mucha agua en Nueva Costanera, una calle que ha
sufrido con esto de los vaivenes de la moda. Desapareció el Fuy –también
Mazzarelli-, y entre abandonos y aperturas el Ox es uno de los pocos restaurantes
que aún mantiene protagonismo y una clientela fiel que no lo abandona y que se
siente a sus anchas con todo el trabajo gastronómico que ha desplegado desde su
creación el chef Daniel Galaz, dueño de una creativa –y aterrizada- cabeza, que
le ha permitido con los años incursionar en una variedad de productos que van
más allá de una parrilla Premium.
Daniel
Galaz es un chef de bajo perfil. Poco mediático, no participa en el circuito de
chefs que sobresalen por sus continuas apariciones en la prensa y en
televisión. Su seriedad la traspasa a sus preparaciones y sólo sonríe cuando se
le alaba o adula. Es la mano derecha de Daniel Avayú, el propietario del lugar
y se siente responsable de ello.
Largo
almuerzo para conocer parte de la nueva oferta. Tras un aperitivo con un mix de
jamones ibéricos y de bellota (24.900), la degustación propiamente tal comienza
con unos ostiones magallánicos de magnifico calibre y textura, sobre un fondo
de salsa de locos (11.900) que le aportó la sazón y el equilibrio necesario.
Luego, y entre las grandes entradas, burrata (17.900) sobre una cama de aceite
de oliva y jamón ibérico. La burrata, que ya explicamos su origen la semana
pasada, en su punto perfecto de madurez. A continuación, unas simples mitades
de huevos duros cuya yema fue reconstituida con aceite de trufas, mostaza y
coronada con caviar (6.900), se convirtió en un acierto para ir descubriendo
los sabores que maridan con el huevo, uno de los alimentos más básicos de
nuestra cultura.
La
segunda parte de este almuerzo, el chef se la dedicó a las pastas. Por un lado,
unos maravillosos pappardelle -elaborados en casa- con trozos de locos,
camarones, pulpo y laminillas de parmigiano (12.900) de sabor inconmensurable,
tanto como unos canelones con salsa pomodoro (al mismo valor) de poderoso
sabor. Para finalizar, y siempre acompañado de tres tintos aprobados por el sommelier
para la ocasión (Erasmo, Quinta Generación y Carménère microterroir de Casa
Silva), un mix de carnes – Angus y costillas de cordero-, para disfrutar el
origen carnívoro de este elegante lugar.
Pronto
remodelarán. El paso del tiempo ha dejado sus huellas en los pisos de madera
originales de la propiedad y que deberán ser reemplazados en el futuro cercano.
Los nuevos restaurantes que han abierto sus puertas en Nueva Costanera obligan
a estar permanentemente cuidando el elevado estándar que sus propietarios se
autoimpusieron en su origen. El Ox es caro, no se avergüenza de ello y por lo
mismo tiene un público fiel que lo sigue. Su objetivo es el mercado del lujo y
ha mantenido su posición durante años sin modificar sus objetivos y eso lo
convierte en un referente de una élite que siempre ha existido en nuestro país.
(Juantonio Eymin)
Ox: Av. Nueva Costanera
3960, Vitacura / 22799 0260