martes, 13 de diciembre de 2016

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA
 

MUJER
PILAR HURTADO
(DICIEMBRE) ZUKI (Vitacura 7580, L.1 / 22229 5686): “Los fondos que compartimos fueron un chaufa de quínoa y mariscos, con (según la carta) quínoa salteada crocante con mariscos y verduras y toque oriental, que resultó ser una mezcla de arroz con quínoa, mariscos y vegetales más bien secos y sin mayor gracia. Lo que nos pareció mal es que en la carta no decía que el plato trajera arroz (aunque el chaufa peruano es de arroz, pero la novedad era la quínoa). El segundo fondo fue un curry verde de tofu acompañado con un arroz que decía jazmín en la carta pero no era. El curry estaba correcto, pero como dijo mi amigo, si no te resulta esto, mejor dedícate a otra cosa. Los platos quedaron casi completos, y cuando el garzón nos preguntó, le explicamos todo lo que detallé. No quedaron ganas para pedir postre, además que todo fue tan lento que el tiempo se nos acabó. Más allá de que si la comida nos gustó o no, aquí hay un problema de expectativas, pues en el caso de lo pedido y el ‘pez del día’, lo que la carta ofrece no es lo que llega a la mesa, y eso da rabia, porque uno está pagando.”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(DICIEMBRE) LA PICCOLA ITALIA (Ricardo Lyon 227 / 22953 0539): Para comenzar, unas empanaditas fritas rellenas de queso ($3.990) con un ligero sabor extra (¿pimentón?) y una provoleta caliente ($2.790) que no requiere lo que se diga mucha ciencia culinaria. Nada trágico, hasta la llegada de los fondos. Primero, una pasta con una salsa Alfredo que, siendo justos, tiene hartas variantes -solo con mantequilla y crema, con salsa blanca, en fin-, pero que en este caso se podría haber consumido con bombilla (ni trocitos de jamón traía, a $3.699). Junto con esta verdadera sopa -muy poco espesa como para calificar como salsa-, llegó una lasaña desabrida y habitada por un peregrino espíritu de la carne molida, acompañada de ravioles y panzotti de pavo con sabores casi iguales, como parte de un plato que se titula tris de pastas ($4.990). Y, para rematar, la advertencia del mozo se cumplió: "El risotto aquí es distinto, no es como el clásico risotto" ($4.990). Dicho y hecho.” “¿Será que esta es, finalmente, "otra" Italia y no una Italia más piccola?”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(DICIEMBRE) EL CARAMAÑO (Purísima 257, Recoleta / 22777 0116): “Y la cocina no es la misma. No, señor. Unos bocaditos de congrio ($6.390) llegaron apoyados en la simplicidad de su misma fórmula: trozos de pescado apanado y bien fritos, con una competente salsita. En cambio, el chanchito al pilpil (como han dado en llamar a lo que es "al ajo arriero") resultó ser plato de simples trozos de grasa de chancho apenas fritos (si hubieran estado convertidos en chicharrones, otra hubiera sido la tonada...). Habrán sobrado de los perniles, quizá, una vez aprovechada la carnecita.” “El lugar parece que se sostiene económicamente, pero seguramente ayuda la poca exigencia del público. Y porque uno va por los recuerdos. Pero estos son siempre sutiles y se evaporan ante cualquier defecto en la muy concreta materialidad del guiso”