martes, 27 de junio de 2017

MIS APUNTES


 
CATEDRAL

Cuando cerró sus puertas el Ópera, uno de los mejores restaurantes del centro de Santiago (de eso ya cerca de un año y medio), muchos dieron por cerrado el complejo completo, que incluye el bar Catedral y el Café del Ópera. Sin embargo la cocina del Catedral nunca dejó de ofrecer su menú a la hora de almuerzo y cena, que poco a poco ha ido afianzándose y en la actualidad ha vuelto a tomar protagonismo gracias a una nueva carta y chef, esta vez un discípulo de Josef Gander, uno de los más serios y capaces cocineros que se convirtió en uno de los artífices de la cocina de mantel largo tras sus largos años en el hotel Sheraton.


Una buena noticia que los huérfanos del Ópera agradecen, ya que sin el otrora lujo que ofrecía en el comedor que actualmente es una sanguchería –administrada por los mismos propietarios-, el Catedral persigue entusiasmar a los que cultivan el arte del buen comer, bien atendidos y con una oferta novedosa. Acá la cocina está a cargo de Edgar Fernández, que ha acumulado un curriculum bastante largo a pesar de su juventud, que incluso lo llevó a trabajar un par de veces con Josef Gander y aprender el rigor del trabajo en equipo.

La carta es entretenida y variada. Cocina antigua burguesa y otros platos más modernos para cautivar a todos los que transitan por el barrio Forestal – Lastarria. Como buen bar, la lista de cócteles –entre aperitivos y bajativos- debe ser la más extensa de la ciudad, a la que se agrega una buena cantidad de vinos y cervezas. Lo sólido, para comer, gusta y agrada. Grandes platos –para compartir- a modo de entrada (que para muchos podría ser una cena completa) que incluye entre otros un gran plato base con un blandísimo y sabroso Huachalomo en su jugo con puré de paltas y pebre, acompañado de churrascas caseras (9.800 para dos o tres), plato sencillo pero cautivante y que podría estar dentro de las preparaciones más sabrosas y atractivas del año. Sin embargo las sorpresas continúan ya que acá es posible encontrar unos majestuosos Riñones de ternera en salsa de mostaza con arroz  integral y salvaje (7.800), que le hace un guiño a los recuerdos de antaño, sobre todo a los clientes que conocieron la comida de la mamá o de la abuela, cuando los riñones –y otros interiores del animal- eran un must.

Osobuco al vino tinto con spaguetti de espinacas, tomate y morrón (8.600) es otra de las opciones sabrosas de una carta que intenta confirmar el gusto de los chilenos por la  cocina sencilla, pero tremendamente bien elaborada, como también lo pueden ser unos delicados filetes de Trucha a la mantequilla con ratatouille de verduras, de gran sabor y a precios similares.

Hace un tiempo, la hora de la cena era interrumpida por un calendario de música en vivo que diariamente confundía al comensal debido a la interrupción del servicio de comida, algo que hoy no sucede, ya que al no existir el Ópera, decidieron darle prioridad a los clientes que prefieren un ambiente menos bullicioso. Al menos, los que preferimos un buen plato en un lugar amable y bien atendido, lo agradecemos.

Si bien el Catedral no reemplaza al Ópera, ya que son dos lugares absolutamente diferentes, la filosofía de lograr la satisfacción del cliente se mantiene. Y eso es tremendamente válido, ya que al momento de decidir un restaurante, la comida importa… pero el servicio, la calidez, el ambiente y la buena atención también son factores que se consideran, y por ello confirmar que en el Catedral están haciendo bien las cosas, merece destacarlo en esta publicación.

Catedral (Ópera – Catedral) / José Miguel de la Barra 407  / 22664 3048