martes, 29 de agosto de 2017

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA
 
MUJER, LA TERCERA
PILAR HURTADO
(AGOSTO) DANÉS (Av. Vitacura 4607, Local 2 / 229543140): “El ambiente es relajado y hay bastante público, desde familias hasta parejas y grupos de amigos. La carta ofrece variedad de emparedados clásicos, como pernil, churrasco, lomito y completos, además de algunos platos, como manda la ley no escrita de las fuentes de soda. Nosotros pedimos un crudo y una hamburguesa francesa para compartir.” “Llegaron los platos, el crudo venía amoldado en dos platos, con la carne y trocitos de cebolla y pepinillo ya aliñada, y tostadas no muy tostadas para acompañar; estaba sabroso. La hamburguesa francesa trae queso mantecoso, cebolla caramelizada, berros, salsa de mostaza y palta, en este caso prácticamente media palta entre ambas mitades, separadas en platos.” “sumando y restando, el lugar cumple, grato ambiente, atención amable y platos Ok.”

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(AGOSTO) BAHÍA ESMERALDA (José Domingo Cañas 595, Ñuñoa / 22505 3078): “Lo interesante del lugar es que su propuesta es la de un restaurante donde efectivamente manda lo marino. Si hasta tienen una chorrillana de mariscos. Y también un plato casi inédito y que podría ser emblema de ProChile: un charquicán de piure y ulte ($5.800). ¿Quieren identidad y con un huevo frito encima? Oh. Con sus papitas sin estar molidas, uno de esos detalles del guiso bien hecho, lo deja a uno con su cuota anual de yodo cumplida. Y el ulte, esa alga despreciada, se convierte en inesperados bocados blandos. Un acierto.” “En este local tienen curanto en olla y chupes varios, almejas a la ostra, cancato y empanadas de pulpo. Los precios son muy convenientes, aunque el señor mozo algo comentó de un futuro reajuste. Ojalá cambien la pura música. Y traten con más amor a las ostras, que se lo merecen.”

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(AGOSTO) CAFÉ COLONIA (Mac Iver 161, Santiago): “Lo mejor del Café Colonia son algunas tortas, que se venden también en porciones. Muy buenas nos parecieron la de trufa y la de lúcuma con nuez, pero la torta de panqueques rellena con naranja constituye una sorprendente y brusca decepción. Mención aparte merece el strudel, puesto que se trata de un local que apela a una tradición alemana, después de todo: el que catamos era de pesada masa y seco relleno. O sea, todo lo contrario de un buen strudel.” “Uno quisiera que la venerable vejez de un lugar como este fuera de la misma sostenida calidad que tuvo antaño. El local conserva su viejo encanto, el mismo estilo de decoración. ¡Cuánto se presta para disfrutar de un buen café acompañado de un pastel fino y de gran calidad! Quisiéramos fervientemente que los responsables hagan un arqueo sincero de lo que tienen a favor y en contra y recuperen los viejos niveles. Habríamos muchísimos que se los agradeceríamos.”