LA MISIÓN DE LOS
CRONISTAS
Existen
muchas personas que creen –y piensan- que los cronistas gastronómicos somos
publicistas de algunas marcas --en este caso, restaurantes-, y que les ayudamos
en su ascenso de las ventas y en su prestigio. Aprovechando la reciente entrega de reconocimientos que el Círculo de Cronistas
realizó la semana pasada y los comentarios surgidos de este evento anual, bien
vale la pena aclarar algunos puntos.
De
partida, y posiblemente el más interesante, es que el Circulo de Cronistas es
la única institución a nivel americano (y posiblemente del mundo) que reúne en
forma democrática a todos los columnistas del tema gastronómico de la prensa
escrita e internet, lo que en sí es un logro importante, ya que unificar
criterios en un universo de distintos medios de comunicación no es fácil.
A
saber, nuestra misión es visitar y recomendar. A veces, visitar y censurar. A
decir verdad, vamos tras el restaurante (como vulgares ratones de laboratorio),
para anticiparnos a la visita del cliente. Lo hacemos con gusto y placer. Lo
nuestro es la gastronomía y posiblemente sea bastante más fácil y menos
peligroso que otros oficios. Nos admiran y envidian. ¿Envidiar a un tipo que
pasa 20 horas comiendo en dos días 70 empanadas para dictaminar cuáles son las
mejores? ¿Envidiar la batería de fármacos que se deben consumir tras una
jornada que no fue gloriosa?
Pero
es el oficio y ante eso no hay nada que hacer. Nosotros escogimos entrar en
este mundo y tratamos de vivir en él. Escribimos para nuestros lectores, para
nuestros medios de comunicación, y no para los restaurantes o viñas de turno. Y
eso tiene su mérito.
La
gracia está que sin ponernos de acuerdo, matices más o matices menos, los
resultados son similares. Y no existen pautas preestablecidas ni siquiera
intercambio de opiniones. Llevamos 24 años premiando a los mejores y si bien en
algunas oportunidades los galardones no coinciden con el parecer de algunos vaticanistas
de la gastronomía, en el Círculo de Cronistas las opiniones –y las mayorías- se
respetan.
Escribimos
en serio y para nuestros lectores. Es la única forma de asegurarle un lugar
adecuado a una comida que aparte de ser buena o mala, no se deje influenciar
por la propaganda de turno, ni por el ánimo del columnista.
Es
nuestra misión y tratamos de cumplirla a como dé lugar. (JAE)