MULATO
Un clásico en Lastarria
Cada
cierto tiempo me doy el placer de almorzar en el Mulato. Dependiendo la
ocasión, a veces opto por su diario menú ejecutivo que nada tiene que envidiar
a la carta del lugar. Cuando escribo esta nota, leo el menú del día y me
encuentro con una Crema de puerros y tocino o la posibilidad de degustar unas
Calugas de pescado con un mix de verdes aderezado con mostaza y miel, dos
alternativas de entradas. Luego y como fondos, la opción entre unas Albóndigas
al jugo con charquicán o Pollo al ajo arriero sobre un guiso de lentejas. Todo
por $ 7.800, valor que incluye una copa de vino o agua mineral. ¿Económico?
Dada la calidad del producto, podría decir que éste es uno de los almuerzos
ejecutivos más perfectos del barrio y de la ciudad.
Tan
interesante como el menú de almuerzo es su carta. A la cabeza del restaurante
está Cristian Correa, de amplio curriculum en varios restaurantes de la capital
antes de convertirse en un empresario gastronómico y chef de su propio local.
Quitado de bulla (eso no es sinónimo de seriedad), no calza con la imagen de
los chefs de papel couché que inundan la capital. Emprendedor, posee una
fábrica de cervezas (Quebrada) en Curacaví, además de una huerta propia en su
parcela en Colina, donde siembra y cosecha casi la totalidad de los vegetales
que ocupa en su restaurante, hoy en día en la cresta de la ola luego que fuese
nombrado en un diario español como uno de los barrios más “cool” del mundo.
Su
cocina y su carta no se olvidan fácilmente. Sus Erizos con huevo pochado y yuca
frita (7.900) siguen sorprendiendo por su inigualable sabor, color y texturas.
También sus Empanadas de mechada y queso mantecoso (3 x $ 5.900), se mantienen
junto a nuevas recetas degustadas esta semana, tan maravillosas y selectas como
un “jardín” al cual el chef Correa evita llamarlo de esa manera y lo ofrece
como una Selección de ostiones, camarones, pescado, choritos, jaiba y machas
sobre un “gazpacho” con porotos negros y aderezado con pisco (10.500); tan, tan
bueno que merece al menos una fresca marraqueta para rescatar sus jugos, algo
poco elegante, pero absolutamente necesario.
Luego,
aplausos cerrados para unos bisteques de filete de vacuno con unos notables
piñones picantes, ajíes rellenos con queso de cabra y puré de garbanzos
(7.800), que realmente cautivó a los presentes. Piñones de temporada, cocinados
y guardados en una mezcla de aceite y merquén, agrega al plato un sabor
inconmensurable, digno de probarlos nuevamente.
Una
carta para deleitarse. Como un filete de Palometa (en este caso salmón ya que
por las marejadas no se logró capturar esta especie) sellado con salvia seca y
acompañada de unos geniales ravioles de zapallo y todo ello sobre una crema de
camarones (13.800), otra receta de un incomparable Correa, que brilla con luces
propias en este pequeño pero tremendamente agradable local del barrio
Lastarria.
Otro cásico para finalizar: Cheese cake de queso de cabra y dulce de membrillo
(4.600), para reconocer que Cristian Correa es uno de los grandes cocineros que
podemos disfrutar en nuestra ciudad. Sus platos sorprenden y son bastante
generosos. Buena carta de vinos, cervezas y cócteles mantiene este lugar con
buena asistencia desde el mediodía hasta la medianoche. Con cocina a la vista y
hoy en día con un servicio bastante mejorado, el Mulato dicta pautas
gastronómicas en un barrio que todos quieren regresar continuamente para seguir
explorando esta nueva carta creada por este genial cocinero. (Juantonio Eymin)