UN RITO EN LOS HIELOS
MILENARIOS
En la semana en que los
productores chilenos de pisco celebran su día con la finalidad de aumentar su
consumo,
¿será posible remplazar el whisky por nuestro destilado estrella?
La
Patagonia chilena cuenta con uno de esos destinos que con sólo nombrarlo lo
traslada a otra dimensión. Se trata del célebre glaciar de la Laguna de San
Rafael y sus hielos milenarios, el lugar más desconocido de los lugares
conocidos. Para llegar a este prodigioso espectáculo de la naturaleza puede uno
partir, entre otros, del Puerto Chacabuco o de Puerto Tranquilo, desde donde
zarpan los cruceros y las lanchas hacia ese paisaje mágico, mil veces descrito
en reportajes de revistas o en documentales de la televisión. Imágenes que no parecen de este mundo. O, al menos,
parecen pertenecer al fin de éste.
Cuando
la nave se detiene frente a la laguna uno se queda sin aliento. El colorido de
estos bloques de hielo que flotan inerrantes, como el celeste, azul, verde
turquesa o verde esmeralda, producto de la refracción prismática de la luz
solar, es el regalo para la vista tan ansiosamente acariciado y esperado: una
masa de hielo de casi 200 metros de altura y más de 2 km. de ancho aparece
solemne y desafiante, como diciendo: “detente y no avances más, esto es el fin
del mundo”.
Durante
el tiempo en que la lancha permanece detenida, se disfruta de esa insólita
realidad tan acariciada en los sueños viajeros. Como si se quisiera despejar las
dudas sobre el glaciar. Descubrir si esas imágenes que lo impactaron tantas
veces por televisión son reales: Sí. Existen. ¡No son un decorado! Pero la
contemplación se interrumpe cada pocos minutos por la gran cantidad de
desprendimientos que se producen en la pared frontal del glaciar, previo al
sonoro estallido –semejante al de un temblor —que los anuncia. Es realmente
impresionante observar cómo la naturaleza evoluciona ante se mirada. Mientras tanto, la guía aprovecha para
ofrecer al grupo de viajeros, el típico rito de beber whisky con hielo
milenario, que nadie rechaza, aunque sólo sea para combatir el frío. ¡Ese trago
puede ser en ese minuto su mejor amigo! En la semana en que los productores
chilenos de pisco celebran su día con la finalidad de aumentar su consumo, ¿sería
posible cambiar el whisky por nuestro destilado estrella o el desafío es muy
grande?